Cabellos que buscan un amor

[Javier Dicenzo]

Cabellos que buscan un amor

¿Sufre más aquél que espera siempre que aquél que nunca esperó a nadie?.
Pablo Neruda


Algún día sabrás cuanto padecimiento tuve al dormir sobre el horizonte;
que en la rareza de la vida estabas
acusando dos cabellos en tu almohada.
Que caminar no era una forma de morir
un quejido de relámpago dormido sucumbió
durmiendo lastimas quebradas en el olvido.
Dicen que una tarde llovió ojos azules por el limbo.
Si agarramos
todos los cometas
que durmieron en la ciénaga…
…pero la noche se oculta
los robots que cayeron en el milenario secuaz del laberinto.
…Pero
un tango fue mordiendo la penumbra
somos ese fueye dormido del crepúsculo.
Alguna vez seremos dos cuchilleros aventureros…
Pasión de medusas en el casco guerrero de una manzana;
dos cabellos en tu almohada…
¡ No vivencies el espíritu clemente!
Se sitia el silencio
C
A
En
Unos domingos que hieren mi disciplina de cantar.
Porque
no dormí una eternidad cuando el vampiro se eternizó.
Quise escribir la lejana dolencia
dos aspas de sapos se subieron a mi sueño.
Hoy soy Neruda
hoy nada tiene sentido.
La música se pierde en la boca que no quise besar.
Reconocí el recorrido de un hambre malherida
sobre un mar atardecido que se mutó en verde.
No seré el grito salvaje de la pampa
las veredas de Borges emergieron diminutas;
como el suicida que tiembla en mi mano.
Todas tus uvas eran dos maderas
los almendros con secretos se encontraron
dos alas de viajeros sobre el lugar.

No sé

Alguna vez el durmiente de la playa
se desenredará cruzando las vías del tren.

Dos cabellos en tu almohada
nunca serán la esperanza
los puertos no se aman
Neruda me oculta en el horizonte...
Frías tardes de olvido
como las llegadas al padecimiento.

No sé
La inutilidad del olvido
dos cabellos en tu almohada
me cantan como a un dios.

Las estrellas vendrán
A los pinos
De Neruda

¡Méceme quejido que se acurruca
Méceme
Al aletargado sediento del camino¡

Irrumpen dos alas
Dos alas de almohadas.

Sangrienta y dulce.
la pluma se va encegueciendo.
en una misa de obispos.
y ya no te amo amante.
ya no quedan cadencias.
ya no queda el olvido.
ya no queda mi sangre.
ya no existen guerras.
ni el relámpago.
que me dice que soy poeta
amante de la soledad
lobo de la estepa.
acaríciame en el puente de las alas.

Alguna vez no moriremos en el amor
ni
que te quedes sin mi
porque
naceremos auténticos
a la derrota.
Perdóname
si una mentira se me cuela;

Porque
si tu me olvidas
porque
no arrancaré
una pluma de tu almohada
línea
de todo el pensamiento
navegando
hasta
lo poco que dejas de quererme.

[Quinteño de Greda]

Es un placer Javier, subir tan magnifico poema, a primera línea, que es donde debe estar...
Un abrazo hasta tu San Pedro.

[Javier Dicenzo]

Gracias quinteño hago todo lo posible para elevar el nivel

[Javier Dicenzo]

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