Editorial Alaire

De poco sirve escribir poesía.

Sé que cuando un objeto inanimado cae cambia de estado,
imagínate cuando cae un corazón.

Sé que mastico cristales y no sangra la boca,
escupo más y más cristales.
Sangran las palabras.

Sé del álamo congelado sobre el frío.
Que la escarcha, a veces, amanece
en el interior de la carne;
azul violácea.
Las alas son cenizas sobrevolando los besos
prendidos de aquel banco;
único testigo
de la muerte que reptaba tras la espalda.

También sé que detrás del horizonte existe otro horizonte.
Intenté alcanzarlo y no pude, se mostró infinito.
Tú siempre me dijiste que alcanzaríamos una o dos eternidades;
y hubieron dos eternas muertes
dos eternos sudarios,
dos eternas resurrecciones.

Y ahora sé de lo incondicional del amor. De su fragilidad.

Sandra, qué inmensidad y belleza! Duele desde la primera sílaba, un dolor que hace conjeturar los huesos de la verdad y refriega sal en las heridas universales.

Uno de tus trabajos más sobresalientes y mira que he leído gigantes tuyos.

He de volver; por ahora, de pie para los aplausos.

Abrazo fuerte, poeta.

También sé que detrás del horizonte existe otro horizonte.
Intenté alcanzarlo y no pude, se mostró infinito.
Tú siempre me dijiste que alcanzaríamos una o dos eternidades;
y hubieron dos eternas muertes
dos eternos sudarios,
dos eternas resurrecciones.

Y ahora sé de lo incondicional del amor. De su fragilidad.


Me quedo con la conclusión, es bellísima, cada palabra toca el infinito, siempre es un placer pasar por tu espacio, poeta.

Te dejo mi abrazo emocionado.

Cecilia

Coincidio con Cecilia en la belleza del verso final. Desgarradoras letras,un poema escrito con el corazón en la mano. Abrazos.

Sandra Gª Garrido, profundo y bello. Arte y poesía... Mis congratulaciones, Sandra. Un placer estar en tu espacio.

que belleza Sandra, te felicito. cierro los ojos para sentir más lo que acabo de leer.

Definitivamente, digo que eres dueña de un lenguaje exquisito, que se balancea entre la ternura y la crudeza. Este poema me ha encantado. En su impronta aparecen verdaderos hallazgos de imágenes y palabras, y el sentimiento se hace hondo en cada verso. Es un placer leerte, Sandra.

Un abrazo.
Óscar

Sé que mastico cristales y no sangra la boca,
escupo más y más cristales.
Sangran las palabras.
..............................
...............................

Sé del álamo congelado sobre el frío.
Que la escarcha, a veces, amanece
en el interior de la carne;
azul violácea.




Un poema magnífico, amiga Sandra, con unas imágenes que verdaderamente impresionan en el dolor que transmiten.

Uno de los poemas más conseguidos que te he leído. Hay gran madurez y contundencia poética en lo que se quiere transmitir.

Biquiños, querida amiga.

Pues algo sirve, aunque solo sea para escupir cristales. Gracias por traer estos versos.
Un abrazo.
Pepa

También sé que detrás del horizonte existe otro horizonte.
Intenté alcanzarlo y no pude, se mostró infinito.
Tú siempre me dijiste que alcanzaríamos una o dos eternidades;
y hubieron dos eternas muertes
dos eternos sudarios,
dos eternas resurrecciones.

Es bellísimo este enorme poema, Sandra. Mis aplausos. Un abrazo.

Después de leer tu poema sé que estás convencida y me has convencido de que sirve de mucho escribir poesía. Felicitaciones, Sandra.
Salud.

Brava y eterna femineidad. Este poema puede sostener el mundo y sus temblores. A mí me impresiona su naturalidad, su agresiva indefensión. Un gran placer de lectura. Abrazos.

Sandra Gª Garrido escribió:De poco sirve escribir poesía.

Sé que cuando un objeto inanimado cae cambia de estado,
imagínate cuando cae un corazón.

Sé que mastico cristales y no sangra la boca,
escupo más y más cristales.
Sangran las palabras.

Sé del álamo congelado sobre el frío.
Que la escarcha, a veces, amanece
en el interior de la carne;
azul violácea.
Las alas son cenizas sobrevolando los besos
prendidos de aquel banco;
único testigo
de la muerte que reptaba tras la espalda.

También sé que detrás del horizonte existe otro horizonte.
Intenté alcanzarlo y no pude, se mostró infinito.
Tú siempre me dijiste que alcanzaríamos una o dos eternidades;
y hubieron dos eternas muertes
dos eternos sudarios,
dos eternas resurrecciones.

Y ahora sé de lo incondicional del amor. De su fragilidad.

SANDRA! Quedo silente ante la belleza y profundidad de tu poesía. Abrazos ERA

Sandra, es un poema desolador, muy profundo, duelen las verdades que evoca. Tremendas imágenes, como la escarcha que amanece en el interior de la carne y la muerte reptando, la muerte que es el movimiento eterno del silencio. Me ha encantado. Felicitaciones sinceras.

Hallie Hernández Alfaro escribió:Sandra, qué inmensidad y belleza! Duele desde la primera sílaba, un dolor que hace conjeturar los huesos de la verdad y refriega sal en las heridas universales.

Uno de tus trabajos más sobresalientes y mira que he leído gigantes tuyos.

He de volver; por ahora, de pie para los aplausos.

Abrazo fuerte, poeta.

Muchisimas gracias Hallie,siempre abres mis poemas con entusiasmo y generosidad,un fuerte abrazo