TRISTEZA
Publicado: Lun, 24 Jun 2013 9:20
Pensaba la mañana en tu nombre,
y tus alas de bronce batieron los aires
de mi caricia y te alejaste
donde la luz se apaga,
donde la tristeza tiene rostro de ternura,
donde la duda busca razones para odiarte,
y existen auroras que te buscan
en la impaciencia imaginaria de un rostro
que me arrastró al sur de tus días.
Pensaba en las sonrisas
que alguna vez tuvimos compartidas
y apenas nos hirieron,
que no hicieron camino
y el destino cargó sobre mi espalda
cuando cayeron los soles
en la soledad de tu ventana,
y no quisiste regalarme una mirada,
ni una caricia furtiva que llevarme a la boca,
ni el sonido de tu ropa quebrando el aire de la alcoba,
ni un amor eterno…
nada.
Pensaba en la ausencia de tu tacto,
y estás porque te siento en el olvido
y te pido a cada instante,
y sin embargo,
no me quedan tristezas para herirte,
ni palabras,
ni me quedan miradas por perderte,
ni tiempo…
no sé si me has robado todo
o he dejado que el barro nos renuncie
en otras manos.
Pensaba abandonarte en otros mundos
y me he quedado solo en tu recuerdo,
ni siquiera me dueles esta tarde,
ni siquiera sé si tengo herida,
ni si tengo vida que contarte.
y tus alas de bronce batieron los aires
de mi caricia y te alejaste
donde la luz se apaga,
donde la tristeza tiene rostro de ternura,
donde la duda busca razones para odiarte,
y existen auroras que te buscan
en la impaciencia imaginaria de un rostro
que me arrastró al sur de tus días.
Pensaba en las sonrisas
que alguna vez tuvimos compartidas
y apenas nos hirieron,
que no hicieron camino
y el destino cargó sobre mi espalda
cuando cayeron los soles
en la soledad de tu ventana,
y no quisiste regalarme una mirada,
ni una caricia furtiva que llevarme a la boca,
ni el sonido de tu ropa quebrando el aire de la alcoba,
ni un amor eterno…
nada.
Pensaba en la ausencia de tu tacto,
y estás porque te siento en el olvido
y te pido a cada instante,
y sin embargo,
no me quedan tristezas para herirte,
ni palabras,
ni me quedan miradas por perderte,
ni tiempo…
no sé si me has robado todo
o he dejado que el barro nos renuncie
en otras manos.
Pensaba abandonarte en otros mundos
y me he quedado solo en tu recuerdo,
ni siquiera me dueles esta tarde,
ni siquiera sé si tengo herida,
ni si tengo vida que contarte.