Editorial Alaire

Ciclos de vida y muerte girando de un cosmos íntimo. Un poema sensacional. Mis felicitaciones. Un abrazo.

J. J. M. Ferreiro escribió:Incomprensible, contemplábamos
el vacío mirar de los caballos.
Sin miedo
el campo se agrandaba en la corriente
de nuestro llanto ínfimo.
El ángel descendiendo
con el innumerable tigre del infortunio.
Pero nosotros
nada sabíamos
de los marchitos pétalos del cuerpo.
Nos olvidamos de la edad
y de toda la arena que el tiempo va dejando.

Giró el viento y fluyó la lujuria nocturna.
Por fin quedábamos desvanecidos.

Así es el fulgor del cosmos,
el ensayo de los abismos, el apacible
ritmo de sus cauces,
como si redimiese todo el tiempo
a su humedad sin palabras; la muerte
que devuelve la vida,
enalteciendo la belleza íntima de la tierra.
La súbita angostura del retorno.

Me ha parecido un poema a la confianza del instinto primitivo. Una reafirmación a los ciclos de la naturaleza. Me recordó a a John Muir. Un placer leerte, Ferreiro. Abrazos, ERA

Qué fuerza exepcional llevan estos versos en las amígdalas, querido Ferreiro.

Y sí, volvemos hechos luz nueva, del abismo incondicional de la tierra.

Aplausos miles y un abrazote.

Vida, muerte, resurrección. un tres en uno de poética terrestre
en la que descansa la fuerza y la idea del poema.

un abrazo

Rosa Marzal escribió:Ciclos de vida y muerte girando de un cosmos íntimo. Un poema sensacional. Mis felicitaciones. Un abrazo.

Gracias, Rosa, por abrir este tema de tan "sensacionales" maneras.

Bicos

Ferreiro,

me gusta mucho, amigo. ¿Qué se sentirá al resucitar? ¿De verdad queremos la promesa de la resurreción de la carne? ¿De verdad queremos ver a un ángel descender a sacarnos del sueño? Yo creo que no entenderíamos nada. El Lázaro de Cernuda refleja muy bien la confusión del resucitado.
Me gusta mucho ese lenguaje orgánico-onírico que tan bien dominas, ese ir siempre a la yugular de las cosas.

Un abrazo, amigo, hermano.

Como siempre, nos regalas versos de gran calidad. Tu mundo poético es de los que atrapan al lector. Unha aperta.

Sensacional poema, Ferreiro.

Hace pensar con profundidad en estos misterios insondables.

Enhorabuena
Un beso
Ana

Resucitar de la carne y el alma es en tus versos un magnífico poema. Felicidades
besos
Pilar

Doble J Amiguiño,

Puede ser que lo único que nos hace resucitar de nuevo
sea la carne, sí, estoy convencida, este poema es sensual
una resurrección coo dice su título:

de los marchitos pétalos del cuerpo.
Nos olvidamos de la edad
y de toda la arena que el tiempo va dejando.

Giró el viento y fluyó la lujuria nocturna.
Por fin quedábamos desvanecidos.

Estos te los robo.

besos

E. R. Aristy escribió:Me ha parecido un poema a la confianza del instinto primitivo. Una reafirmación a los ciclos de la naturaleza. Me recordó a a John Muir. Un placer leerte, Ferreiro. Abrazos, ERA

Gracias ERA por tan generosos comentarios. Efectivamente, la materia en sus esplendorosas y multiples formas constituye la tan debatida inmortalidad. Desde el nacimiento de las estrellas hasta la actualidad, la materia no ha dejado de recrearse en infinitos ciclos, y desde hace algún tiempo, en el planeta Tierra, lo hace en la mágica, magnífica y lujuriosa belleza de las substancia vital.

Bicos.

Hallie Hernández Alfaro escribió:Qué fuerza exepcional llevan estos versos en las amígdalas, querido Ferreiro.

Y sí, volvemos hechos luz nueva, del abismo incondicional de la tierra.

Aplausos miles y un abrazote.

Gracias Hallie, por tu siempre entregada pasión a la poesía.

Bicos.

J. J. M. Ferreiro escribió:Incomprensible, contemplábamos
el vacío mirar de los caballos.
Sin miedo
el campo se agrandaba en la corriente
de nuestro llanto ínfimo.
El ángel descendiendo
con el innumerable tigre del infortunio.
Pero nosotros
nada sabíamos
de los marchitos pétalos del cuerpo.
Nos olvidamos de la edad
y de toda la arena que el tiempo va dejando.

Giró el viento y fluyó la lujuria nocturna.
Por fin quedábamos desvanecidos.

Así es el fulgor del cosmos,
el ensayo de los abismos, el sereno
ritmo de sus cauces,
como si redimiese todo el tiempo
a una humedad sin palabras; la muerte
que devuelve la vida, enalteciendo
la íntima belleza de la tierra.
La súbita garganta de la procreación.

Contundentes, directos versos llenos de verdad y concierto.
Es un privilegio leerte, poeta.
Un abrazo

Vuelvo a disfrutar de tu poesía que sigue en forma tal y como la recordaba, con ese torrente brutal de imágenes que te caracteriza. Imágenes siempre muy vinculadas a las sensaciones físicas, una poesía muy densa y rica en matices donde cada verso es una grata sorpresa.

Saludos.