Editorial Alaire

Al borde, justo al borde del tablero
es un alfil mi fe, desprotegido,
sin torre que le ampare lo vivido
ni trono que le incite a lo postrero.

¿Por qué seguir así, como alfarero
sin imaginación frente al sentido?
¿Es esto brasa ardiente, sol nutrido
o sólo es un ocaso lastimero?

Toda mi fe, toda la luz viviente
bajo de mi garganta no se siente,
sino en los nervios vueltos un manojo.

¡Qué raro abatimiento es el despojo
cuando el color del cielo, de repente,
cambia su tono azul, por bravo rojo!

Alberto Madariaga
(2013)

Alberto Madariaga escribió:Al borde, justo al borde del tablero
es un alfil mi fe, desprotegido,
sin torre que le ampare lo vivido
ni trono que le incite a lo postrero.

¿Por qué seguir así, como alfarero
sin imaginación frente al sentido?
¿Es esto brasa ardiente, sol nutrido
o sólo es un ocaso lastimero?

Toda mi fe, toda la luz viviente
bajo de mi garganta no se siente,
sino en los nervios vueltos un manojo.

¡Qué raro abatimiento es el despojo
cuando el color del cielo, de repente,
cambia su tono azul, por bravo rojo!

Alberto Madariaga
(2013)

Me ha gustado mucho. Abrazos, ERA

Bravo, amigo. Un soneto "jaque mate"
Moviste con sabiduría poética las piezas
de este ajedrez versátil y pusiste en buen caballo
el engarce de los encabalgamientos.

Un abrazo

Comprendo perfectamente la impaciencia que muestras en este hermoso soneto. Un gusto pasar por tus letras.
Besos
Pilar