Editorial Alaire

Se van, se esconden los ruidos de las aves
que me maravillaron mientras duraba el día
y van apareciendo lentamente
esos ruidos de la noche que enamoran.

Abro la ventana para que entren libremente
y allí están... no saben que los siento.
Son ruidos que juegan, juegos simples,
sintonías naturales o puras fantasías del campo.
Me llega el golpeteo de aguas del río
tan monótono e inductor a sueños,
enlazado al croar de ranas y de sapos
que los siento más lejanos llegando
desde la acequia y desde el río mismo.
El cric cric de los grillos que se meten
en la casa, un ruido que por escondido
no señala el rincón de su origen.
Y también siento algún coyuyo
o langostas... con su especial chirrido,
rítmico y constante intercalado
con breves silencios de descanso.
Y hasta el cuchicheo de murciélagos
metidos en la cumbrera de chapa
resultan hechiceros en esa mezcla nocturna.
También escucho otros sonidos que aún no sé
de dónde vienen, ni adónde van ni quiénes los avivan,
pero igual me arrebatan el alma.

Y los voy oyendo atentamente primero
hasta que empiezo a confundirlos
mientras el sueño llega... de la mano
de esos ruidos nocturnos.




Publicado en mi libro "De encuentros y desencuentros". 2010

Me sumerjo en este ambiente que recreas para antes del sueño con ruidos nocturnos de distintas aves y animales... ¡no se me habría ocurrido que hubiera tantos! Será que, lejos ya de mi pueblo de origen, solamente el oido está acostumbrado al ruido de la ciudad.
Enhorabuena, Carlos.
Salud.

He oído contigo tanto ruido en la noche que ha sido muy placentero. Me encantan los poemas de la naturaleza.
Besos
Pilar

Hola, Carlos,
qué hermosa transición, como si al cerrar los párpados se abriesen otros, levados por la mano de sonidos que reconocemos a medias, pero que nos reconocen enteros. La noche es docta en el lenguaje de nuestras raíces. Ha sido un gran placer. Abrazos.

Qué preciosa, dulce y suave es la naturaleza vista
desde los elegantes ojos de un magnífico poeta.
Los sonidos de la vida no son ruidos, son músicas celestiales.

Un abrazo y mi felicitación. Qué bien te inspiras.

Qué preciosa, dulce y suave es la naturaleza vista
desde los elegantes ojos de un magnífico poeta.
Los sonidos de la vital naturaleza no son ruidos, son
músicas celestiales.

Un abrazo y mi felicitación. Qué bien te inspiras.

Qué bello dormirse así, con esos ruidos de fondo, amigo Carlos, me ha encantado y hasta me ha parecido escucharlo según leía, un abrazo.

Julio González Alonso escribió:Me sumerjo en este ambiente que recreas para antes del sueño con ruidos nocturnos de distintas aves y animales... ¡no se me habría ocurrido que hubiera tantos! Será que, lejos ya de mi pueblo de origen, solamente el oido está acostumbrado al ruido de la ciudad.
Enhorabuena, Carlos.
Salud.

Honrado por tu presencia y halagado por tu amable comentario te envío mi afectuoso saludo, poeta amigo!

Pilar Morte escribió:He oído contigo tanto ruido en la noche que ha sido muy placentero. Me encantan los poemas de la naturaleza.
Besos
Pilar

Me alegra que te guste lo bucólico, con afecto!

Bonito poema. Está bien escrito y al menos a mi me transmite cierto sosiego. Enhorabuena y un abrazo.

Estos versos recrean un ambiente nocturno sosegado ,la belleza de lo simple, melodías naturales se engarzan en cada línea creando una armonía en su conjunto muy agradable a los sentidos. Me ha gustado.
Un saludo

Los sonidos también acunan la mente desde tus veros, hasta adormecerla en su suave belleza.
Un abrazo.
Pepa

Bruno Laja escribió:Hola, Carlos,
qué hermosa transición, como si al cerrar los párpados se abriesen otros, levados por la mano de sonidos que reconocemos a medias, pero que nos reconocen enteros. La noche es docta en el lenguaje de nuestras raíces. Ha sido un gran placer. Abrazos.

Me honras con palabras tan elogiosas, Bruno, muchas gracias!

Guillermo Cuesta escribió:Qué preciosa, dulce y suave es la naturaleza vista
desde los elegantes ojos de un magnífico poeta.
Los sonidos de la vida no son ruidos, son músicas celestiales.

Un abrazo y mi felicitación. Qué bien te inspiras.

Tu generosidad me llega aunque creo que me excede. Gracias, Guillermo!

Isabel Moncayo escribió:Qué bello dormirse así, con esos ruidos de fondo, amigo Carlos, me ha encantado y hasta me ha parecido escucharlo según leía, un abrazo.

Gracias por tu presencia y amable comentario, Isabel. Todo mi afecto.