Editorial Alaire

Cada día,
en la espuma de mi mundo de palabras
danzas bajo la luna,
sobre la hierba acunas mi cuerpo olvido,
y escribo gota a gota,
la esencia de este sentido que agota y une
en la zozobra frágil
de haberte tenido tantas vidas en mis manos,
y nos amamos,
como el último recurso del miedo a la mañana,
a la luz que daña y enseña,
y se empeña en recordar que tienes alas
y algún día,
te llevarás mi poesía en tu arrebato
y me escribiré solo,
sin alma,
sin nada…

Cada hora,
me baño en la aurora de tenerte impresa
entre los poros,
y mi gozo explora el universo de tu boca,
y me nombras,
y me siento morir en cada instante que te miro,
y cierro los ojos,
y existo sin límites de tiempo ni distancia,
y no me falta nada,
y no te has ido…
aún…
maldita palabra…

Miguel Alcantud escribió:Cada día,
en la espuma de mi mundo de palabras
danzas bajo la luna,
sobre la hierba acunas mi cuerpo olvido,
y escribo gota a gota,
la esencia de este sentido que agota y une
en la zozobra frágil
de haberte tenido tantas vidas en mis manos,
y nos amamos,
como el último recurso del miedo a la mañana,
a la luz que daña y enseña,
y se empeña en recordar que tienes alas
y algún día,
te llevarás mi poesía en tu arrebato
y me escribiré solo,
sin alma,
sin nada…

Cada hora,
me baño en la aurora de tenerte impresa
entre los poros,
y mi gozo explora el universo de tu boca,
y me nombras,
y me siento morir en cada instante que te miro,
y cierro los ojos,
y existo sin límites de tiempo ni distancia,
y no me falta nada,
y no te has ido…
aún…
maldita palabra…

Me ha estremecido la fuerza de éste doloroso poema. Me gustó mucho, Miguel. Abrazos, ERA

E. R. Aristy escribió:

Miguel Alcantud escribió:Cada día,
en la espuma de mi mundo de palabras
danzas bajo la luna,
sobre la hierba acunas mi cuerpo olvido,
y escribo gota a gota,
la esencia de este sentido que agota y une
en la zozobra frágil
de haberte tenido tantas vidas en mis manos,
y nos amamos,
como el último recurso del miedo a la mañana,
a la luz que daña y enseña,
y se empeña en recordar que tienes alas
y algún día,
te llevarás mi poesía en tu arrebato
y me escribiré solo,
sin alma,
sin nada…

Cada hora,
me baño en la aurora de tenerte impresa
entre los poros,
y mi gozo explora el universo de tu boca,
y me nombras,
y me siento morir en cada instante que te miro,
y cierro los ojos,
y existo sin límites de tiempo ni distancia,
y no me falta nada,
y no te has ido…
aún…
maldita palabra…

Me ha estremecido la fuerza de éste doloroso poema. Me gustó mucho, Miguel. Abrazos, ERA

Muchas gracias por tu comentario. Un abrazo

Duele y vuelve a doler tu palabra hermosa, Miguel.

Aplausos y gracias por compartir.

Hallie Hernández Alfaro escribió:Duele y vuelve a doler tu palabra hermosa, Miguel.

Aplausos y gracias por compartir.

Muchas gracias Hallie. un abrazo