Editorial Alaire

El uso cotidiano de las formas no gasta El Elemento
pero envejece mis sentidos
y El Elemento se aleja.

Me queda esta proximidad desapasionada con la alegría,
la libertad de agotarme.

Estuve cavando con las manos y los ojos en todos los reflejos.
Tuve que ir a lavarme
cavando más oval la tierra que sólo era porción.

Entre jadeo y jadeo le decía,
tú naciste ya empapada,
por aquí se fue El Elemento.

En la frente tengo el aroma del recinto.
En las manos la fuente oscura y el rumor de sonreir.
Pero mis lágrimas nada reflejan.

Creo que la tierra escucha y afina el ser mineral que la hace madre. Una vuelta se cierne sobre estas letras mágicas, Bruno.

Gracias por dejarmos tus valiosos brotes de magnífica poesía.

Bruno, tu poesía es misteriosa y me está gustando mucho. A medida que leo más y más poemas constato que eres más Poeta. Un gran poeta.

En fin, que es genial esta manera tuya de escribir. Insinúas, muestras y velas al mismo tiempo. Es como mirar la realidad a través de unos visillos.

Me encantó
Un beso
Aplausos a montones
Ana

Hallie,
es una fe que no se gasta, cavar,cansarse mucho, cerrar los ojos. Un abrazo, y gracias siempre por tu presencia.

Ana,
tiendo a pensar que toda la naturaleza es el rastro de algo que se ha escapado, su reflejo por así llamarlo. Buscarlo mentalmente al final obliga a hincar los sentidos en la pérdida, en lo real, y eso a mí me sana de algún modo. Te agradezco tu amabilidad y tu presencia. Un beso.

Ronald,
feliz me haces con tus palabras, gracias, compañero, y un abrazo para ti.

Nos enfrentamos a lo que nos rodea como mejor podemos, pero muchas veces es imposible descifrar el mensaje que nos envía la naturaleza. Me ha gustado el poema.
Un abrazo.
Pepa

Hola, Josefa,
lo más triste es pensar que no nos envía ningún mensaje ni nada, y quizá aceptarlo también sería un modo de aceptar la naturaleza, pero la vida dura lo que dura la duda.
Muchas gracias por tu presencia, y recibe un fuerte abrazo.