La Editorial Alaire, auspiciada por la Academia de Poesía Alaire, pone gratuitamente a disposición de sus foristas registrados, varios foros de poesía, prosa literaria, debates…, para que puedan publicar sus obras e interactuar entre ellos, así como, la tienda de libros donde se muestran las publicaciones, tanto en papel como en formato digital, estos mediante descarga gratuita. La razón de ser de nuestros foros se centra en promocionar la poesía, mediante las obras de los autores que participan en la plataforma de la Academia de Poesía Alaire. La promoción de la poesía, a nivel del mundo de habla hispana, conlleva una enorme responsabilidad, por ello, pedimos la máxima implicación de todos los miembros de Alaire. Vale recordar al gran maestro Dumas: uno para todos y todos para uno. Muchas gracias por todo, queridos compañeros.
La soledad te delata
por ser efigie de lata.
Un transitar de personas,
un murmullo entre la gente
un sentir indiferente
mas con nadie relacionas…
Siendo todo un personaje
del transitado paisaje,
mas que te entiendan, -lo dudo-,
porque tú, la fría estatua
tienes lengua y oración fatua
pues por metal, eres mudo.
En la absoluta quietud,
al mundo lo ves pasar
y, tú pretendes hablar
con toda la multitud…
Mas esa rara virtud
la del humano lenguaje
para un mecano engranaje,
de mil metales fundido
el habla te han prohibido
en tu acerado montaje.
¡Qué frías fueron las manos,
qué faltas de sentimiento
que olvidaron darte acento
en el trazo de tus planos!
¡Ay!, tus silencios arcanos,
que cuánto quieren decir
porque grande es tu sentir
al transitar del gentío
si ven en ti, acero frío
sin saber de tu latir.
Todos te miran, -si todos-,
y, todos hablan de ti,
mas cuando te ven allí,
ven acero y electrodos.
Y, como invisibles diodos
lágrimas cual candelarias
en tus cuencas solitarias
hacen a tu hierro apenado
mas lo dejan oxidado
con mil tristezas plenarias.
El hombre que te creó
con su metálica dura,
de tu sentada escultura
lo principal se olvidó.
Pues jamás se preguntó,
que una estatua de metal
del más frío material
quiso tener corazón
y poder con su expresión
dialogar como un mortal.
Qué grande amigo Quinteño, por un lado remite a Oz, por otro quién no ha dado con alguien que bien podría ser descrito como en la primera mitad de tu poema...
Me encantó. Un placer leerte Quinteño. El hombre de lata representa a ese cascarón al que nos reducimos si no reconocieramos el espíritu que duerme dentro. Abrazos, ERA
Ha de venir la escultura
a ponerle protector
al ojo del escultor
para erigir su figura.
Si la estatua no sutura
a pesar del buen ingenio
del autor, de su proscenio
la echaremos muy aprisa
para que arrostre sumisa
su mutismo primigenio.
Un abrazo y un aplauso a tu poema versátil, lúdico y ameno,
además de ingenioso y elegante.