Editorial Alaire

Taciturno, cavilante,
el trapiche hacía arena
como el mar.

Las uvas resecas
se alejaban del vino
por olvidos del agua.

Se volvió fuego
la viña, desamorada
de la sequía y el sol.

Y pude verme dentro
de esa figura abstracta:
todo arena, sin un parral.




Publicado en mi libro “De sentires y sentires”. 2008

El mar y la arena hacen su juego, pero subren de la sequía
que tu parral necesita.Tu parral de versos si es jugoso, amigo

un abrazo

Un disfrute pasar por tu poema. Hermosos versos.
Besos
Pilar

Guillermo Cuesta escribió:El mar y la arena hacen su juego, pero subren de la sequía
que tu parral necesita.Tu parral de versos si es jugoso, amigo

un abrazo

Me halagan tu presencia y amable comentario, Guillermo. Gracias!

Pilar Morte escribió:Un disfrute pasar por tu poema. Hermosos versos.
Besos
Pilar

Agradezco tu presencia y comentario, Pilar. Con afecto.

Siempre es agradable venir a tus paisaje poético.
Un abrazo.
Pepa

Desolador panorama en esta ARENA amigo poeta,
a veces el alma nos hace cobijarnos en esas
postales que se nos parecen en algo.

Un placer leerle y dejarle mis bendiciones siempre.

Josefa A. Sánchez escribió:Siempre es agradable venir a tus paisaje poético.
Un abrazo.
Pepa

Muy amable como es tu costumbre al visitar este espacio. Mi gratitud, Pepa!

Una singular metáfora de uno mismo cuando nos sentimos a veces áridos y estériles, casi sin vida. Has conseguido con maestría evocar ese sentimiento.
Un abrazo
J. Manuel

Una forma concisa y escueta para construir símbolos de la aridez y la sequía a partir del campo semántico del agua, el vino y la arena. Todo el poema se lee como una metáfora de la existencia humana, como ese trapiche en su molienda.
Salud.

Blanca N. García González escribió:Desolador panorama en esta ARENA amigo poeta,
a veces el alma nos hace cobijarnos en esas
postales que se nos parecen en algo.

Un placer leerle y dejarle mis bendiciones siempre.

Gracias por tu paso y comentario, poeta amiga!

José Manuel Sáiz escribió:Una singular metáfora de uno mismo cuando nos sentimos a veces áridos y estériles, casi sin vida. Has conseguido con maestría evocar ese sentimiento.
Un abrazo
J. Manuel

Gracias por tu atención y generoso comentario, José. Un abrazo!

Julio González Alonso escribió:Una forma concisa y escueta para construir símbolos de la aridez y la sequía a partir del campo semántico del agua, el vino y la arena. Todo el poema se lee como una metáfora de la existencia humana, como ese trapiche en su molienda.
Salud.

Agradables palabras para acompañarme, poeta. Muchas gracias!

Muy bello poema,
pero el final me encantó!

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todo arena, sin un parral.
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Un abrazo!

Victor

Carlos Justino Caballero escribió:Taciturno, cavilante,
el trapiche hacía arena
como el mar.

Las uvas resecas
se alejaban del vino
por olvidos del agua.

Se volvió fuego
la viña, desamorada
de la sequía y el sol.

Y pude verme dentro
de esa figura abstracta:
todo arena, sin un parral.




Publicado en mi libro “De sentires y sentires”. 2008

Siempre es un placer/ visitar tus excelentes poemas/. Felicidades, sinceras.
Un abrazo, poeta.
BEGOÑA.