Editorial Alaire

Poesía que arrancas
mi boca entre palabras,
permíteme el otoño de acordarme
de su paso leve,
de su tiempo oculto,
de su mundo inane y pasajero.

Tal vez,
quiero llorar y los instantes brotan
entre las aguas que no saben de pausa,
que no marchitan,
que no terminan de vivirme
y olvidarme,
que no cesan de traerte hasta mi puerta,
implacables.

Tal vez la tarde se nos quedó a medias,
como el beso aquél que no supo llamarnos,
como tu mano,
partiendo el aire en mil pedazos,
y ese tren que se empeñó en pintar
el horizonte moribundo de mi mirada
con la nada inacabable de tu despedida.

He vuelto a buscarte
en la estupidez amarga de la distancia,
tratando de borrarte de mis llagas,
he querido que vuelvas
para echarte el mundo a las espaldas
y herirte en la amargura que me ahoga…

He dejado de amarte y, sin embargo,
pronuncio tu nombre a cada paso,
en cada vida,
en cada muerte que me devuelve tu adiós
de aquella tarde.

Nostálgico poema, Miguel, pleno de sentimiento. Me han encantado el tono y la disposición de los tiempos. Magnífico trabajo.
Recibe un cordial saludo.
Ernesto

Ernesto Vecilla escribió:Nostálgico poema, Miguel, pleno de sentimiento. Me han encantado el tono y la disposición de los tiempos. Magnífico trabajo.
Recibe un cordial saludo.
Ernesto

Muchas gracias amigo.

Me gustan tus poemas Miguel, todos ellos. No puedo ocultártelo... creo que los he comentado uno tras otro. Este no podía ser menos.

Cuánta tristeza en el aire y sin embargo se disfruta y se siente.

Abrazos.

Maria Pilar Gonzalo escribió:Me gustan tus poemas Miguel, todos ellos. No puedo ocultártelo... creo que los he comentado uno tras otro. Este no podía ser menos.

Cuánta tristeza en el aire y sin embargo se disfruta y se siente.

Abrazos.

Y yo te agradezco enormemente la generosidad de tus palabras.