Editorial Alaire

Una mujer se diluye en la arena
para soñar con la luz de un alarde
mientras el sol se pregunta en la tarde
cómo sanar en lo oscuro la pena.

Fluya el amor como el agua que suena,
como ese árbol, que no se acobarde,
sobre los campos de trigo, que guarde
la estrella blanca de dulce azucena.

Una mujer se disuelve en el mar
con la visión de una luna rojiza
cuando su alma se muere de frío.

Y los espíritus saben de azar
entre la hierba y la piedra caliza
con la nostalgia de un mundo sombrío.


Ana Muela Sopeña

Toda una experiencia leer este trabajo con melodía/sentimiento/ belleza.

El primer cuarteto es abrumadoramente hermoso.

Abrazote y felicidad, querida Ana.

Y tus versos se diluyen también con esa magia que te caracteriza, querida Ana, entrañable, tierno, nostálgico.... bello.

Un beso.

Hay belleza y sentimiento en este hermoso soneto.
Precioso, Ana
Besos
Pilar

Ana, eres única, no hay más comentarios.

Bueno, un abrazo, eso sí.

Hermoso y difícil de ejecutar, Ana.
Un gusto leerte. Abrazos.
Mario.

La perfección técnica solo es superada por la hermosura del contenido de este bello soneto. Un placer haberlo leído.
Un abrazo.
Pepa

Ritmo y arte poetica en tu soneto. Leído tu poema con placer y envidia.

un abrazo

Muy bonito el soneto, Ana y muy musical.
A ritmo de tres por cuatro, como el vals, como la jota, para quien quiera cantarlo en las plazas como otrora se cantaran madrigales o complillas...

Un abrazo, poeta.

Víctor

Bellísimo Ana... una delicia que casi se escucha entre acordes.

Me ha encantado de principio a fin.

Abrazos.