El corazón menguante.
Publicado: Jue, 30 May 2013 6:20
¿Qué será todo este terror
que late, que surge y que mira
con la voz de Perséfone sin vuelta,
amarilla cascada del tenor del alma?
Hacia su encuentro voy...
Todos los verbos los siento eunucos.
Es esto el cristal que por las noches se anunció
prendiéndome las velas,
horadando el pálpito sonoro que por mis sienes corre.
¡Cuánto, cuánto miedo
se cuela desde lo lejos!
Ya no es mi voz el olivo en la lluvia de Junio
ni mis manos el manglar de los valles salados.
¡Ay, ay de las manos
y los últimos ríos que surcara entonces el suspiro
sin esta hiedra encendida
que me tupe hasta la garganta!
A veces la juzgo pereza
otras tantas impoluto rumor de mejorana y maple.
Pero tiene mi voz,
desde que aúlla,
un ligero sabor a viento nuevo,
donde la paz, la guerra y la canícula,
son la floresta nítida de Enero.
Sólo mi corazón por esta noche...
Más embriagado, diáfano y mordido.
Alberto Madariaga
(2013)
que late, que surge y que mira
con la voz de Perséfone sin vuelta,
amarilla cascada del tenor del alma?
Hacia su encuentro voy...
Todos los verbos los siento eunucos.
Es esto el cristal que por las noches se anunció
prendiéndome las velas,
horadando el pálpito sonoro que por mis sienes corre.
¡Cuánto, cuánto miedo
se cuela desde lo lejos!
Ya no es mi voz el olivo en la lluvia de Junio
ni mis manos el manglar de los valles salados.
¡Ay, ay de las manos
y los últimos ríos que surcara entonces el suspiro
sin esta hiedra encendida
que me tupe hasta la garganta!
A veces la juzgo pereza
otras tantas impoluto rumor de mejorana y maple.
Pero tiene mi voz,
desde que aúlla,
un ligero sabor a viento nuevo,
donde la paz, la guerra y la canícula,
son la floresta nítida de Enero.
Sólo mi corazón por esta noche...
Más embriagado, diáfano y mordido.
Alberto Madariaga
(2013)