NO ES CIERTO
Publicado: Mié, 29 May 2013 8:14
NO ES CIERTO
Duele la palabra aún,
cuando la herida cierra
la vida que propongo en cada luna
y tus brazos recorren los remos de mi barca,
rumbo a los paisajes de la bruma gris
que oculta las verdades de tu cuerpo
enfermo de soledades.
No es cierto el dolor del tiempo
entre palabras…
ni siquiera el sentido
que llora perdido en tu otoño…
No es mi pena
el infierno de tu pena y, sin embargo,
cubre tu llanto el surco de mi paso
cuando tus dedos arrancan
las voces de mi ocaso…
y te amamantan…
No es mi letra tu mañana
ni mi dolor tu olvido,
ni siquiera he querido despertarte
al deseo intermitente
de este cuerpo
que avanza indetenible
al invierno cruel que se adivina.
No es mi tacto
el lecho que te añora,
ni tus pechos el cielo que acaricio
ni tu sexo el destino de mis horas…
no es verdad que estés en mi palabra
y, sin embargo,
te traigo cada día a mi agonía
cubierta de esperanza en cada tierra,
lacada de sal en cada mar
que pongo en tu mirada,
porque eres tú la letra del poema
que elevo de mi entraña hasta tu boca,
que, si aún me queda vida,
habita entre los llantos
del canto que evoca tus ayeres
y busca la verdad en mi lamento,
y siento…,
y sientes por los poros de mi herida…
y tu vida se duerme entre mis sueños
y tu canto y mi canto…
se equivocan.
Duele la palabra aún,
cuando la herida cierra
la vida que propongo en cada luna
y tus brazos recorren los remos de mi barca,
rumbo a los paisajes de la bruma gris
que oculta las verdades de tu cuerpo
enfermo de soledades.
No es cierto el dolor del tiempo
entre palabras…
ni siquiera el sentido
que llora perdido en tu otoño…
No es mi pena
el infierno de tu pena y, sin embargo,
cubre tu llanto el surco de mi paso
cuando tus dedos arrancan
las voces de mi ocaso…
y te amamantan…
No es mi letra tu mañana
ni mi dolor tu olvido,
ni siquiera he querido despertarte
al deseo intermitente
de este cuerpo
que avanza indetenible
al invierno cruel que se adivina.
No es mi tacto
el lecho que te añora,
ni tus pechos el cielo que acaricio
ni tu sexo el destino de mis horas…
no es verdad que estés en mi palabra
y, sin embargo,
te traigo cada día a mi agonía
cubierta de esperanza en cada tierra,
lacada de sal en cada mar
que pongo en tu mirada,
porque eres tú la letra del poema
que elevo de mi entraña hasta tu boca,
que, si aún me queda vida,
habita entre los llantos
del canto que evoca tus ayeres
y busca la verdad en mi lamento,
y siento…,
y sientes por los poros de mi herida…
y tu vida se duerme entre mis sueños
y tu canto y mi canto…
se equivocan.