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Antes del silencio

Publicado: Lun, 27 May 2013 6:39
por Antonio Satír
¿Que eran las balas antes del silencio?
la oscuridad sin guantes,
las uñas repartidas del desierto,
las cicatrices de los huesos,
la muerte y su carruaje negro.

Tu aullido no alimentó la noche,
ni tus pasos, ni tu hora secuestrada,
la loba caminó en la vías derramando sangre,
era tu capa, la sombra que te llamaba.

¡Bendito hijo donde vas!
A la aurora, al momento, a las habitaciones
y los rincones de mi casa,
no están los gatos durmiendo
a los pies de mi cama,
no están ni mis pies deambulando
en los jardines de mi patria,
es más, ¿donde estoy?
¿quién eres extraño
que a mi puerta llamas?
las grietas que decoraban las paredes
que arrancaron junto con mi alma.

Un olvidado soy, una casa, un puente,
el bullicio que se teje cuando cantan,
aquellos pájaros del puerto, el bálsamo del sol
enjuagando las piedras quebrajadas,
único son de muerto como las gaviotas
que reman contra el viento,
único muerto encontrado con las balas.

re: Antes del silencio

Publicado: Lun, 27 May 2013 10:46
por Pilar Morte
Un poema hermoso que he disfrutado de principio a fin por su imágenes logradas
Abrazos
Pilar

Publicado: Lun, 27 May 2013 11:11
por Carlos Justino Caballero
Antonio Satír, Logrado poema, Antonio. Un placer de lectura.

re: Antes del silencio

Publicado: Lun, 27 May 2013 18:21
por Concha Vidal
Antonio: cómo me ha impresionado este poema, por la fuerza que emana, las imágenes que has logrado introducir y el contenido.
Gracias por compartir.

Saludos mediterráneos.

Re: Antes del silencio

Publicado: Lun, 27 May 2013 19:07
por Begoña Egüen
Antonio Satír escribió:¿Que eran las balas antes del silencio?
la oscuridad sin guantes,
las uñas repartidas del desierto,
las cicatrices de los huesos,
la muerte y su carruaje negro.

Tu aullido no alimentó la noche,
ni tus pasos, ni tu hora secuestrada,
la loba caminó en la vías derramando sangre,
era tu capa, la sombra que te llamaba.

¡Bendito hijo donde vas!
A la aurora, al momento, a las habitaciones
y los rincones de mi casa,
no están los gatos durmiendo
a los pies de mi cama,
no están ni mis pies deambulando
en los jardines de mi patria,
es más, ¿donde estoy?
¿quién eres extraño
que a mi puerta llamas?
las grietas que decoraban las paredes
que arrancaron junto con mi alma.

Un olvidado soy, una casa, un puente,
el bullicio que se teje cuando cantan,
aquellos pájaros del puerto, el bálsamo del sol
enjuagando las piedras quebrajadas,
único son de muerto como las gaviotas
que reman contra el viento,
único muerto encontrado con las balas.
Muy filosófico poema. Ha sido un placer de lectura. Felicidades.
Un saludo.
BEGOÑA.

Publicado: Mar, 28 May 2013 0:24
por Josefa A. Sánchez
Excelente. Aplausos en pie.
Un abrazo.
Pepa

Publicado: Mar, 28 May 2013 19:24
por Guillermo Cumar.
Un magnífico poema que hablando de muerte y de silencio
predispone para despertar de uno mismo hacia la vida.

Un placer de lectura, amigo poeta. Un abrazo

Publicado: Mar, 28 May 2013 19:49
por F. Enrique
El poema es magnífico, Antonio, con un dramatismo que se mantiene en su propia hondura sin tener que recurrir a efectismos que dan buenos resultados pero no suelen dejar que la belleza fluya en su única verdad, la buena poesía ni siquiera pide que la entendamos, simplemente que la acompasemos en el sentimiento. Poema triste donde los haya, rebosante de buen gusto y calidad.

Un abrazo.