Editorial Alaire

Entre esa luz cereza
que tienen los monólogos
quemados por el sol, se concentran
la minuciosa piel y los detalles
de cuando se va a solas,
ese momento helado
al ver las cosas muertas como almohadas
y el paso de unos hombres
que no se han visto nunca.

Y uno se va olvidando de lo suyo,
dejando a sus espaldas,
como una mancha gris, todo lo amado.

Algo viene hacia mí,
algo que no es la noche ni el modo de quererme
que tiene mi desorden,
seguramente es parte
de una caricia vieja arrebatada al frio,
y que quiere apretarse con mi cuerpo
sin hacerme preguntas,
como el murmullo opaco de cierta encrucijada.

Pero no hay nada más:
el horario borrado de las calles,
el estupor del agua
colgada en los cristales de mis ojos,
el tiempo incomprensible,
y un paisaje prohibido a la palabra
con un perfil confuso y diluido.

Amigo poeta, siempre un gusto leer sus obras regias,
es un placer dejarle mis saludos y bendiciones.

Un monólogo triste que llega preñado de hermosos versos. Un gusto disfrutarlo
Besos
Pilar

[quote="Manuel Sánchez"]

Este poema resume, para mí, la certeza de la perplejidad, el conocimiento intuido del asombro, pero no como algo que sobreviene de improviso, sino del propio interior, como una emergencia necesaria. Me ha gustado mucho. Un abrazo.

Manuel, el poema entero es notable y estos versos son hermosísimos:


"Algo viene hacia mí,
algo que no es la noche ni el modo de quererme
que tiene mi desorden,
seguramente es parte
de una caricia vieja arrebatada al frio,
y que quiere apretarse con mi cuerpo
sin hacerme preguntas,
como el murmullo opaco de cierta encrucijada."



Encantada de volver a leerte, un abrazo.

la forma de escribir se nota que ha sabido construir la imágenes de la reconstrucción, la invención de la belleza y su luz.
ha sido un enorme placer. saludos

introspectivo ese pensar que rodeado de los silencios
se abre por dentro al sentir del poeta y a la imaginación
de la palabra.

un abrazo