Editorial Alaire

SEÑALES


La desidia; el temblor inconsciente de la mano;
el cansancio del ojo y del oído; el olvido
contumaz de la mente… son señales que anuncian
el físico declive en la vida de los hombres.

Todas las horas hieren -dicen- pero recuerden
que es la última, y solo ella, la que mata. Por eso,
cuando el hilo se muestre difuso ante la aguja;
cuando la lozanía se marchite ante el paso
tozudo de las décadas, estén preparados
para afrontar el último trecho que les queda.

Llegamos a esta etapa fatigados, y sólo
la esperanza trasciende el humano sentimiento
de que todo termina para siempre. Y así
mientras la fe nos hace fuertes, el desapego
al instinto nos vuelve libres. Por eso hay hombres
que ante la inevitable llegada de la muerte
nada temen. Estén atentos -también alertas-
a los primeros signos que impliquen decadencia,
pero sepan, que sobre una ley perecedera
está la alternativa de ser en otra vida.


--oOo--

Qué belleza de poema, y cuánta verdad encierra en los signos de envejecimientos...
Lo malo, José Manuel, es cuando la parca viene de pronto sin avisar, y no vemos sus signos...
Mis aplausos con un cordial, abrazo.

Quinteño de Greda escribió:Qué belleza de poema, y cuánta verdad encierra en los signos de envejecimientos...
Lo malo, José Manuel, es cuando la parca viene de pronto sin avisar, y no vemos sus signos...
Mis aplausos con un cordial, abrazo.

Muchas gracias amigo. Un fuerte abrazo para ti.
J. Manuel

Maravilloso poema sabio, José Manuel.

Lo leeré varias veces más. Por su profundidad da fuerza.

Es que la muerte no es más que un viaje a otra dimensión, así la veo yo.

Excelente, José Manuel, como todo lo que escribes.
Un abrazo de luz
Ana

José Manuel Sáiz escribió:SEÑALES


La desidia; el temblor inconsciente de la mano;
el cansancio del ojo y del oído; el olvido
contumaz de la mente… son señales que anuncian
el físico declive en la vida de los hombres.

Todas las horas hieren -dicen- pero recuerden
que es la última, y solo ella, la que mata. Por eso,
cuando el hilo se muestre difuso ante la aguja;
cuando la lozanía se marchite ante el paso
tozudo de las décadas, estén preparados
para afrontar el último trecho que les queda.

Llegamos a esta etapa fatigados, y sólo
la esperanza trasciende el humano sentimiento
de que todo termina para siempre. Y así
mientras la fe nos hace fuertes, el desapego
al instinto nos vuelve libres. Por eso hay hombres
que ante la inevitable llegada de la muerte
nada temen. Estén atentos -también alertas-
a los primeros signos que impliquen decadencia,
pero sepan, que sobre una ley perecedera
está la alternativa de ser en otra vida.


--oOo--

Sin vergüenza lo digo: Me emocionan hasta las lágrimas, silenciosas pero sinceras, estos versos. Qué belleza. Gracias por escribirlos, poeta.
Un beso

Las señales sin duda se presentan cuando el otoño del cuerpo
está por recibir el inminente invierno, sin embargo, hay señales
que no llegan o no se perciben cuando se encuentra el humano
en plena primavera...

Un bello poema, me gustó leerlo, saludos cordiales.

José Manuel Sáiz escribió:SEÑALES


La desidia; el temblor inconsciente de la mano;
el cansancio del ojo y del oído; el olvido
contumaz de la mente… son señales que anuncian
el físico declive en la vida de los hombres.

Todas las horas hieren -dicen- pero recuerden
que es la última, y solo ella, la que mata. Por eso,
cuando el hilo se muestre difuso ante la aguja;
cuando la lozanía se marchite ante el paso
tozudo de las décadas, estén preparados
para afrontar el último trecho que les queda.

Llegamos a esta etapa fatigados, y sólo
la esperanza trasciende el humano sentimiento
de que todo termina para siempre. Y así
mientras la fe nos hace fuertes, el desapego
al instinto nos vuelve libres. Por eso hay hombres
que ante la inevitable llegada de la muerte
nada temen. Estén atentos -también alertas-
a los primeros signos que impliquen decadencia,
pero sepan, que sobre una ley perecedera
está la alternativa de ser en otra vida.


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Este es el día de poesías extraordinarias. Qué dicha ver e internamente escuchar las voces distintivas de poetas como eres tú, José Manuel! El viaje continúa y trasciende a faldas más largas, realidades armónicas donde fluye la vida que realmente es. Abrazos, ERA

José Manuel,

Mil aplausos y uno más, para estas reflexiones que aquí dejas. La experiencia de los otros y, poco a poco, las señales que aparecen, por es me quedo con esta idea: "sólo la esperanza trasciende el humano sentimiento de que todo termina para siempre".

Un abrazo, poeta.

Víctor

Versos de esperanza y luz. La fe ayuda a la imaginación
aunque nadie sepa la verdad de lo que nos espera.

Un abrazo

Profundas reflexiones en versos hermosos para releer. Un placer, siempre, pasarme por tu palabra
Besos
Pilar

Esperamos que después de este cansancio con que llegamos al atardecer de la vida, la puerta que se abra al final del pasillo, de a un jardín luminoso donde dormitar al sol. Me ha gustado mucho el poema y la esperanza con que se cierra.
Un abrazo.
Pepa

Qué bueno, amigo, qué bueno. Una magistral manifestación del tempus fugit. Esas señales son consecuencias irreparables. La serenidad con que está escrito y el ritmo de los imparisílabos largos, le otorgan ese aire de letanía, de enaltecimiento con que se dicen las convicciones más profundas.

Ha sido un verdadero placer.
Óscar