Editorial Alaire

No sé
cómo silenciar ecos azules;
cómo verter este pálpito,
esta hemorragia
de duelos encendidos
sobre el vientre taciturno
del poema.

Cómo narcotizar
tantos silencios que proclaman
tu nombre a manos llenas;
cómo acallar esta onda expansiva
de luz que infiltra
un oleaje de fuego en las pupilas.

No sé
por qué me sabes tanto a enredadera,
por qué un día ligué
tu sombra a mis arterias.

Por qué me dueles tanto,
Por qué sangras en mí
cuando te pienso.

Sólo soy
vago acento de nada,
alondra de papel
desintegrada
en la absurda batalla de sus alas
contra el muro del tiempo.
Sólo engendro
raíces de luz
en las rendijas del olvido
cuando tropieza
tu alma de lluvia
con mi alma
y abriga con ella
la piel de cada instante
en que me faltas.

Rosa, hermoso poema, tan lleno de emociones.

De principio a fin una obra notable.

Aplausos miles y mucha felicidad.

Rosa, no sabes silenciar lo bien que escribes y la magnífico
que suena recitar con ritmo tu fuerza y la de tu palabra
que se enreda en toda la superficie del poema.

Un abrazo

Rosa Marzal escribió:No sé
cómo silenciar ecos azules;
cómo verter este pálpito,
esta hemorragia
de duelos encendidos
sobre el vientre taciturno
del poema.

Cómo narcotizar
tantos silencios que proclaman
tu nombre a manos llenas;
cómo acallar esta onda expansiva
de luz que infiltra
un oleaje de fuego en las pupilas.

No sé
por qué me sabes tanto a enredadera,
por qué un día ligué
tu sombra a mis arterias.

Por qué me dueles tanto,
Por qué sangras en mí
cuando te pienso.

Sólo soy
vago acento de nada,
alondra de papel
desintegrada
en la absurda batalla de sus alas
contra el muro del tiempo.
Sólo engendro
raíces de luz
en las rendijas del olvido
cuando tropieza
tu alma de lluvia
con mi alma
y abriga con ella
la piel de cada instante
en que me faltas.

Hermosisimo poema el tuyo. Enhorabuena

Preciosos veros, llenos de ritmo y ternura. Un placer venir.
Un abrazo.
Pepa

Divina, hermosa obra para profundizar sobre esas alas y encontrar el tiempo justo donde tu mirada abre un camino tan propicio para apreciar el buen arte. Te dejo un abrazo querida Rosa.

Ricardo.

No sé
por qué me sabes tanto a enredadera,
por qué un día ligué
tu sombra a mis arterias.Esta mañana, Rosa, me encuentro con poemas de amor muy buenos, el tuyo lo es, y creo que debe ser celebrado. Te resalto esta estrofa porque me ha llegado de una forma especial dentro de la hermosura de todo el poema.

Un abrazo.

Me gusta tu estilo escribiendo. Este poema de amor es precioso, lleno de ternura y versos muy acertados
Abrazos
Pilar

Uff, querida amiga, llega hasta las médulas el poema. Tanta hermosura almacenada en ese espacio de melancolía, tantos castillos arenosos llevados por las olas de un sentir que vuelve desde lo profundo a dejar perlas de metáforas, íntimos sonidos de un mar sin palabras que busca donde engendrar sus ecos azules. Magnifico. Felicitaciones sinceras, muchos abrazos, feliz fin de semana.

Rosa Marzal,
Espléndido poema que cala hondo. Mis congratulaciones, poeta!

Bello poema de amor nos dejas Rosa. Me gustó.

saludos

rafael

Rosa,

Hermoso poema, un uso magnífico y equilibrado de la metáfora que me ha gustado.

Ángel

Hallie Hernández Alfaro escribió:Rosa, hermoso poema, tan lleno de emociones.

De principio a fin una obra notable.

Aplausos miles y mucha felicidad.

Muchas gracias por tu generoso comentario, Hallie. Me alegra que te haya gustado. Un abrazo.

Guillermo Cuesta escribió:Rosa, no sabes silenciar lo bien que escribes y la magnífico
que suena recitar con ritmo tu fuerza y la de tu palabra
que se enreda en toda la superficie del poema.

Un abrazo

Guillermo, agradezco mucho tus palabras y lectura. Gracias por leerme una vez más. Un abrazo.

Miguel Alcantud escribió:

Rosa Marzal escribió:No sé
cómo silenciar ecos azules;
cómo verter este pálpito,
esta hemorragia
de duelos encendidos
sobre el vientre taciturno
del poema.

Cómo narcotizar
tantos silencios que proclaman
tu nombre a manos llenas;
cómo acallar esta onda expansiva
de luz que infiltra
un oleaje de fuego en las pupilas.

No sé
por qué me sabes tanto a enredadera,
por qué un día ligué
tu sombra a mis arterias.

Por qué me dueles tanto,
Por qué sangras en mí
cuando te pienso.

Sólo soy
vago acento de nada,
alondra de papel
desintegrada
en la absurda batalla de sus alas
contra el muro del tiempo.
Sólo engendro
raíces de luz
en las rendijas del olvido
cuando tropieza
tu alma de lluvia
con mi alma
y abriga con ella
la piel de cada instante
en que me faltas.

Hermosisimo poema el tuyo. Enhorabuena

Gracias por pasarte a leer mis versos, Miguel. Un abrazo.