Va quedando...
Publicado: Jue, 16 May 2013 10:42
Va quedando en cada huella residuos del pasado
que arañan a la piel de la nostalgia.
Todo se desvanece; se dispersa entre las cicatrices
de los sueños que habitan el olvido.
Transitan por los pliegues del tiempo
las sombras del ayer como espectros de la noche
que roban la luz de las estrellas.
En mis huesos la artrosis del futuro se hace crónica
y todo se vuelve fragilidad, todo se rompe,
hasta el pulso de la vida se fragmenta
y sus esquirlas incisivas penetran en la carne.
Cuántas veces contra el espejo mi cólera arrojo
porque no encuentro esa máscara que ayude
a huir de esta presencia ajada y me oculte en su mentira.
Apuro el cáliz que la soledad llenó de acíbar
y me bebo despacio el sabor de la congoja.
Necesito estar borracho en madrugada
para olvidar el perfil desnudo de mi cuerpo,
su anatomía débil que aún sostiene
el universo vacío de un abrazo.
Con vosotros que verbo posesivo podré ya conjugar
si en plenitud todo es ausencia
y se borró cada vestigio de las luchas que amamos y perdimos.
Ahora cuando pasan los días como un potro acelerado
y no consigo la rienda que apacigüe su galope,
quiero que conste en acta que sólo va quedando
escombros del pasado en mis retinas
y este corazón viejo y cansado de latir a la intemperie.
que arañan a la piel de la nostalgia.
Todo se desvanece; se dispersa entre las cicatrices
de los sueños que habitan el olvido.
Transitan por los pliegues del tiempo
las sombras del ayer como espectros de la noche
que roban la luz de las estrellas.
En mis huesos la artrosis del futuro se hace crónica
y todo se vuelve fragilidad, todo se rompe,
hasta el pulso de la vida se fragmenta
y sus esquirlas incisivas penetran en la carne.
Cuántas veces contra el espejo mi cólera arrojo
porque no encuentro esa máscara que ayude
a huir de esta presencia ajada y me oculte en su mentira.
Apuro el cáliz que la soledad llenó de acíbar
y me bebo despacio el sabor de la congoja.
Necesito estar borracho en madrugada
para olvidar el perfil desnudo de mi cuerpo,
su anatomía débil que aún sostiene
el universo vacío de un abrazo.
Con vosotros que verbo posesivo podré ya conjugar
si en plenitud todo es ausencia
y se borró cada vestigio de las luchas que amamos y perdimos.
Ahora cuando pasan los días como un potro acelerado
y no consigo la rienda que apacigüe su galope,
quiero que conste en acta que sólo va quedando
escombros del pasado en mis retinas
y este corazón viejo y cansado de latir a la intemperie.