Editorial Alaire

Aquí, cerca de nada.
Cerca de la mano de mamá,
aquella imagen difusa y a ratos.
Tuve tantas madres
que no recuerdo a quién me dio su pecho.
Recuerdo un vientre;
ancho, dado de sí, harto de fecundar.


Unos gritos me sobresaltan,
me tiran de los pelos,
tengo tantos nudos que mi garganta los ha copiado.
Los rizos me condenaron a los piojos.
_ me hacían parecer una niña peleada con el mundo, una niña abeja_
me los mutilaron.
Con cara de chico malo,
la niña murió con esos rizos,
ya no tengo que jugar a las muñecas
ni cortarles el pelo ni sus cabezas.

Ya recuerdo, me amamantó la ausencia y el exilio.

Sandra,

me gustan tus recortes de infancia y creo que este es el que más me gusta. Los poemas sobre la infancia tienen un valor emocional muy especial, quien más quien menos recuerda su niñez como una montaña de inocencia perdida, feliz o desgraciada, pero irrecuperable. Consigues trazar bellamente la alegoría de esta pérdida con la imagen tristemente tierna, un tanto inquietante, de los rizos mutilados.

Un abrazo.

Sandra Gª Garrido escribió:Aquí, cerca de nada.
Cerca de la mano de mamá,
aquella imagen difusa y a ratos.
Tuve tantas madres
que no recuerdo a quién me dio su pecho.
Recuerdo un vientre;
ancho, dado de sí, harto de fecundar.


Unos gritos me sobresaltan,
me tiran de los pelos,
tengo tantos nudos que mi garganta los ha copiado.
Los rizos me condenaron a los piojos.
_ me hacían parecer una niña peleada con el mundo, una niña abeja_
me los mutilaron.
Con cara de chico malo,
la niña murió con esos rizos,
ya no tengo que jugar a las muñecas
ni cortarles el pelo ni sus cabezas.

Ya recuerdo, me amamantó la ausencia y el exilio.

Tremendo, me has dejado muda con estos rizos extraviados en la pena.

Felicitaciones y aplausosss.

Abrazotes, querida poeta.

Me has dejado tocada con este hermoso y triste poema que deja la infancia en bellos versos
Besos
Pilar

Pablo Ibáñez escribió:Sandra,

me gustan tus recortes de infancia y creo que este es el que más me gusta. Los poemas sobre la infancia tienen un valor emocional muy especial, quien más quien menos recuerda su niñez como una montaña de inocencia perdida, feliz o desgraciada, pero irrecuperable. Consigues trazar bellamente la alegoría de esta pérdida con la imagen tristemente tierna, un tanto inquietante, de los rizos mutilados.

Un abrazo.

Muchas gracias Pablo,por tu comentario es generoso, es cierto que la infancia es aquel tiempo perdido e irrecuperable, el que nos forma, dicen que hasta los siete años suelen ser los años que más van a influenciar en la formación de la persona. Tal vez sea así. Ha mi me han hecho dura de pelar.

Un abrazo

Hallie Hernández Alfaro escribió:

Sandra Gª Garrido escribió:Aquí, cerca de nada.
Cerca de la mano de mamá,
aquella imagen difusa y a ratos.
Tuve tantas madres
que no recuerdo a quién me dio su pecho.
Recuerdo un vientre;
ancho, dado de sí, harto de fecundar.


Unos gritos me sobresaltan,
me tiran de los pelos,
tengo tantos nudos que mi garganta los ha copiado.
Los rizos me condenaron a los piojos.
_ me hacían parecer una niña peleada con el mundo, una niña abeja_
me los mutilaron.
Con cara de chico malo,
la niña murió con esos rizos,
ya no tengo que jugar a las muñecas
ni cortarles el pelo ni sus cabezas.

Ya recuerdo, me amamantó la ausencia y el exilio.

Tremendo, me has dejado muda con estos rizos extraviados en la pena.

Felicitaciones y aplausosss.

Abrazotes, querida poeta.

Hallie,

Los rizos son lo que más despitan del poema, pero bueno en parte son lo que le dan a esa niña la rebeldía, tal vez camuflan ese principio y ese final, donde realmente están las claves.

Gracias amiga por estar siempre cerca.

Besos

Pilar Morte escribió:Me has dejado tocada con este hermoso y triste poema que deja la infancia en bellos versos
Besos
Pilar

Gracias Pilar, siempre tienes ojos para mi poesia, a veces la tristeza suele ocupar demasiado los recuerdos. Mejor no echar la vista atrás, sólo para escribir algun poema.

Un abrazo

Sandra, un gusto pasar por tus lindos versos, disfruté. Un saludo.

Jorge Larumbe escribió:Sandra, un gusto pasar por tus lindos versos, disfruté. Un saludo.

uchas gracias Jorge, un abrazo

Sandra, la piel, ese algo que nos envuelve y acaricia, se me ha quedado como fría.
Te daría y te doy, parte del País de Nunca Jamás, siempre es acogedor, la edad no le importa.
Un fuerte abrazo, Sandra.

Lo rizos de tu niñez siguen enredándose en la letras del poema. Gracias por compartir.
Un abrazo.
Pepa

Una composición tan hermosa como dura. Me ha gustado mucho.
Saludos.

Concha Vidal escribió:Sandra, la piel, ese algo que nos envuelve y acaricia, se me ha quedado como fría.
Te daría y te doy, parte del País de Nunca Jamás, siempre es acogedor, la edad no le importa.
Un fuerte abrazo, Sandra.

Concha,
Te doy la mano para viajar hasta allí, camino del horizonte y girando en la tercera estrella, tantas veces he leído ese cuento al lagarto y a mi princesa. ayyssssss. un besazo amiga

Josefa A. Sánchez escribió:Lo rizos de tu niñez siguen enredándose en la letras del poema. Gracias por compartir.
Un abrazo.
Pepa

Pepa, ni aun mutilandolos me libro de ellos, gracias por tu comentario. Un abrazo

CELIA PUERTA escribió:Una composición tan hermosa como dura. Me ha gustado mucho.
Saludos.

Celia, muchas gracias por tu comentario. Un abrazo