Últimamente, Ramón (revisado)
Publicado: Vie, 10 May 2013 16:19
A Ramón Ataz y también Juan Fionello
I La roca
En el cruel abril desciende
la monstruosidad de Dios
a grandes ríos de hielo
que esculpen las montañas.
Bella isla de muerte,
blanca y fría,
memoria de la noche
y su fuego irrevocable.
II Ciudad irreal
Últimamente, Ramón, quedan tres tiempos;
Muir duerme sobre el vientre estriado de la tierra,
Elliot voltea a ver la ciudad irreal,
¿qué hay después de la muerte?
III Una gran nube
El amanecer abre el puño
y nos suelta al viento,
parece mentira, Ramón
que en la tierra muerta
Elliot recibiera una visión de lilas,
y, tan sólo ayer,
en medio de perennes incertidumbres,
la nada, ese no-lugar,
de perplejidad segura,
llegara como una nave
creando una gran nube.
IV Mayo
Solo, un loco grita en el desierto:
«las montañas llaman y yo debo ir»
a la cumbre de antiguos glaciares,
mis venas como ríos de hielo
esculpen eternamente a mayo.
E. R. Aristy
I La roca
En el cruel abril desciende
la monstruosidad de Dios
a grandes ríos de hielo
que esculpen las montañas.
Bella isla de muerte,
blanca y fría,
memoria de la noche
y su fuego irrevocable.
II Ciudad irreal
Últimamente, Ramón, quedan tres tiempos;
Muir duerme sobre el vientre estriado de la tierra,
Elliot voltea a ver la ciudad irreal,
¿qué hay después de la muerte?
III Una gran nube
El amanecer abre el puño
y nos suelta al viento,
parece mentira, Ramón
que en la tierra muerta
Elliot recibiera una visión de lilas,
y, tan sólo ayer,
en medio de perennes incertidumbres,
la nada, ese no-lugar,
de perplejidad segura,
llegara como una nave
creando una gran nube.
IV Mayo
Solo, un loco grita en el desierto:
«las montañas llaman y yo debo ir»
a la cumbre de antiguos glaciares,
mis venas como ríos de hielo
esculpen eternamente a mayo.
E. R. Aristy