PLUSCUAMPERFECTO
Publicado: Lun, 06 May 2013 12:27
No he sentido los regresos
y vuelve inexorable la mañana
a descubrirte desnuda entre los huecos,
como la espera.
No he llenado las pupilas suficiente,
con los años de la ignorancia,
y aun me acompaña el ansia de sentirte,
la tortura de escribirte,
y el vacio de leerte
en las líneas sin voz del pensamiento.
Quiero dejar de dolerme
y de dolerte,
quiero verte pintada en la piel
que he de mudar mañana
sin que me ahogue el sentimiento,
quiero que seas recuerdo
si tengo que recordarte
entre las tantas palabras enmohecidas
en el desván de las vidas olvidadas,
al fondo del pasillo cegado
por las pasiones nonatas
y los besos abortados por el miedo.
Quiero pensarte
y pensarme en algún cielo de colores,
en una acuarela viva
de aguas indefinidas,
con la indumentaria exacta
para la ocasión fingida,
que ya me cansa la vida
del poema de amor pluscuamperfecto,
que nunca será tu boca
la que calme mis heridas
ni tu mano la que arañe
la espalda cabalgada de mi cuerpo,
y estoy harto de llamarte
y sentir mi voz perdida entre tus ecos.
Por eso,
por todo eso,
quiero pensar en olvido,
y olvidarte,
esparcida en las cenizas
de esta carne desangrada en el deseo
y vuelve inexorable la mañana
a descubrirte desnuda entre los huecos,
como la espera.
No he llenado las pupilas suficiente,
con los años de la ignorancia,
y aun me acompaña el ansia de sentirte,
la tortura de escribirte,
y el vacio de leerte
en las líneas sin voz del pensamiento.
Quiero dejar de dolerme
y de dolerte,
quiero verte pintada en la piel
que he de mudar mañana
sin que me ahogue el sentimiento,
quiero que seas recuerdo
si tengo que recordarte
entre las tantas palabras enmohecidas
en el desván de las vidas olvidadas,
al fondo del pasillo cegado
por las pasiones nonatas
y los besos abortados por el miedo.
Quiero pensarte
y pensarme en algún cielo de colores,
en una acuarela viva
de aguas indefinidas,
con la indumentaria exacta
para la ocasión fingida,
que ya me cansa la vida
del poema de amor pluscuamperfecto,
que nunca será tu boca
la que calme mis heridas
ni tu mano la que arañe
la espalda cabalgada de mi cuerpo,
y estoy harto de llamarte
y sentir mi voz perdida entre tus ecos.
Por eso,
por todo eso,
quiero pensar en olvido,
y olvidarte,
esparcida en las cenizas
de esta carne desangrada en el deseo