Editorial Alaire

He visto el fuego
y escuchado su fragor descontrolado.
He visto el ímpetu del viento y la humareda
y el rojo resplandor del miedo.
Impotente ante el avance inevitable,
de pie en el peñasco me interpuse
guardando en el vigor de una plegaria
mis esperanzas, mis anhelos y mis sueños.
Escuché entonces voces roncas
de gigantes polvorientos y tiznados
que bajaban exhaustos por el sur
y por el norte oscuro.
Protector el río, cubría sus espaldas
y mis ángeles sus flancos más endebles,
mientras presentaban desigual batalla
al incendio voraz que en la sierra se expandía.
Súbitamente, después se disiparon
con el mismo sigilo que llegaron.
Todo quedó en silencio.
Todo quieto. Todo en el tiempo suspendido.
Como yo, otra vez subido en el peñasco.



*Los incendios en las sierras cordobesas, producidos por la irresponsabilidad humana, causan anualmente graves daños en flora y fauna y ocasionalmente pérdida de vidas humanas.


Publicado en mi libro "De soles y de escarchas". 2004

Como un magnífico y peligroso sueño, lleo de lirismoy de calor.

un abrazo

Siempre me gusta el lirismo que imprimes a tus poemas, son muy agradables de leer. Preciosos versos
Abrazos
Pilar

Un incendio que nos sobrecoge por nuestra impotencia y pequeñez.

Un placer pasar por tus versos,

Ángel

Muy sugerente poema, intimista y reflexivo,
á mi me viene a la cabeza la lucha interna, el miedo
una existencia que se encuentra ante las dificultades
pero al final sale airosa de la lucha , con la cabeza en alta
sobre el peñasco,..

un abrazo

Guillermo Cuesta,
Gracias, Guillermo, por tus palabras. En realidad... ningún sueño. La realidad que seguidamente nos azota por la irresponsabilidad del hombre. Un abrazo.

Pilar Morte,

Cuánto te agardezco, Pilar, la bondad de tus palabras. Ten mi afecto.

Angel Sarroca,

Gracias, Ángel, por tu presencia y acertado comentario. Un abrazo.

Sandra Gª Garrido,
Muy sugerente poema, intimista y reflexivo,
á mi me viene a la cabeza la lucha interna, el miedo
una existencia que se encuentra ante las dificultades
pero al final sale airosa de la lucha , con la cabeza en alta
sobre el peñasco,..

un abrazo



Toda interpretación cabe en la óptica del lector, pero la verdad, estimada poeta, es que es un incendio de verdad!! Mi rancho en el medio el fuego y yo. Con todo mi afecto, Sandra.