LOS HUESOS DEL HAMBRE
Publicado: Jue, 25 Abr 2013 20:33
-"Llegado mi ultimísimo momento
-a un paso ya del hoyo-,
¿por qué en lugar de apoyo
me dais de bofetadas?
Es cierto que quité del testamento
las cosas mal escritas
a fin de que pudieran salir beneficiadas
las monjas carmelitas.
No os dije nada chicos, por olvido
-esta puta demencia-...
cuando está la conciencia
de excursión por Saturno
el hombre es prisionero del descuido.
Perdonad mi torpeza
y besadme en silencio porque llega mi turno,
Dios me dé fortaleza..."
-"Maldito viejo imbécil, puto loco,
por eso hay tantas monjas
llorando como esponjas
que van pal tanatorio.
Tenemos que hacer algo, ¡qué sofoco!
busquemos ipso facto
un notario de guardia que haga un cambio notorio
del legado en el acto..."
-"Doy fe que este señor, si no está muerto
está senil al cubo;
razón tal vez la tuvo
más yo no encuentro el modo
de hallarle ni un ión aún despierto.
Adiós, mis condolencias,
ya les paso mañana la factura, esto es todo,
son así las herencias..."
Después la defuncíon, los del Ocaso,
plegarias y desmayos;
las monjas con sus sayos
lloraban y reían
pensando el pastizal que estaba a un paso;
los deudos del fiambre
le pegaban patadas a la caja y roían
ya los huesos del hambre...
-a un paso ya del hoyo-,
¿por qué en lugar de apoyo
me dais de bofetadas?
Es cierto que quité del testamento
las cosas mal escritas
a fin de que pudieran salir beneficiadas
las monjas carmelitas.
No os dije nada chicos, por olvido
-esta puta demencia-...
cuando está la conciencia
de excursión por Saturno
el hombre es prisionero del descuido.
Perdonad mi torpeza
y besadme en silencio porque llega mi turno,
Dios me dé fortaleza..."
-"Maldito viejo imbécil, puto loco,
por eso hay tantas monjas
llorando como esponjas
que van pal tanatorio.
Tenemos que hacer algo, ¡qué sofoco!
busquemos ipso facto
un notario de guardia que haga un cambio notorio
del legado en el acto..."
-"Doy fe que este señor, si no está muerto
está senil al cubo;
razón tal vez la tuvo
más yo no encuentro el modo
de hallarle ni un ión aún despierto.
Adiós, mis condolencias,
ya les paso mañana la factura, esto es todo,
son así las herencias..."
Después la defuncíon, los del Ocaso,
plegarias y desmayos;
las monjas con sus sayos
lloraban y reían
pensando el pastizal que estaba a un paso;
los deudos del fiambre
le pegaban patadas a la caja y roían
ya los huesos del hambre...