Editorial Alaire

Ha de llover
sobre las manos que preguntan
y llenar de mayos las miradas
que esperan las palabras de la noche,
para romper las voces que separan
las bocas hambrientas de sueños prometidos
y dioses diferentes.

Han de secarse los mares del llanto
y vestir la violencia de canto inagotable,
que anegue las tierras del miedo
y llene las voces de guerra sin sangre,
que queremos vivirnos uno a uno,
mano a mano
abrazarnos al mañana inevitable
que nos traiga el pan de cada día,
que no somos de nadie,
aunque tengan las calles dueños pasajeros,
profetas de miserias vestidos de mentiras,
cometas carroñeros
al aire del oro ensangrentado.

Ha de llegar el grito indetenible
que rompa las palabras
y arranque el caminar a los destinos
del alma justiciera,
y quiero estar ahí,
y que vengas conmigo cubierto de poesía
a vendimiar las uvas de la sangre
brotadas en los llantos y en las bocas
de miles de caminos de silencios
que perdieron el alma entre los miedos
que todos consentimos.

Ha de llegar la vida
de los que aun no han vivido.

Maravilloso, Miguel, arriba con el poema.
Un abrazo.

¡Uff!. ¡Impresionante!.
Un abrazo.
Pepa

Quinteño de Greda escribió:Maravilloso, Miguel, arriba con el poema.
Un abrazo.

Gracias quinteto por tu empujóncito . Un abrazo

Josefa A. Sánchez escribió:¡Uff!. ¡Impresionante!.
Un abrazo.
Pepa

Siempre una palabra de ánimo amiga Pepa. Un abrazo.