Editorial Alaire

Me llamaste sin voz y sin sentido
para llenar de amor mis soledades,
me tejiste a tu manto de verdades
para aplacar mi orgullo tan herido.

No volverás llevando aquel vestido
que reflejó mi asombro y tus bondades;
era un paño de luz y de oquedades
que atravesó mi pecho y mi latido.

Para penar, lo tengo demostrado,
otra senda no hay que tu mirada
si pierdo la sonrisa ante su queja.

Mas no puedo mostrarme de su lado
en este empeño cruel de tu cruzada
aunque more en la muerte que me deja.

Soneto hermoso y nostálgico donde se aprecia cierto pesimismo.
Besos
Pilar

Soneto magnífico, con amor y queja, pues debe haber
de todo un poco. no hables de muerte todavía.
Que sea sólo metáfora eso de morar en la muerte.

un abrazo

Bellísimo soneto sin lugar a dudas.

El cierre es maravilloso. Un gusto de lectura.

Abrazos desde estas orillas.

Precioso versos, plenos de melancolía. A veces nos enfrentamos a la inspiración sin armas para defendernos y tenemos que sucumbir a ella. Un placer leerte.
Un abrazo.
Pepa

He disfruta este soneto. Saludos y felicitaciones.

Ya sabes, Pilar, aquí estamos los que escribimos versos para ponernos un poco triste, ya sé que lo más probable es que lo experimentes en ti misma, solemos ser muy poco agradecidos con la alegría. Te agradezco tus muchas y buenas palabras.

Un abrazo.

La sensibilidad maravillosa de esta obra magnífica. Gran expresión, muy bonita.

Abrazo fuerte.

Ricardo.

Gracias, Elizabeth, este tipo de poemas se prestan poco a decir mucho sobre ellos, pues ni siquiera tienen un argumento, pero yo sé que cuento siempre con tus buenas palabras, y esas bellas intenciones que me transmites.

Un abrazo.

Decimos tantas cosas, Guillermo, lo preocupante es aquellas veces, que las hay, en las que no exageramos demasiado. No quiero convencerte de que esta sea una de esas veces, pero ¡ay, esa mirada!

Muchas gracias, Guillermo por tu gentil comentario y recibe un abrazo.

No es fácil últimamente que tengamos la oportunidad de saludarte, Just, por eso aprovecho para hacerlo y recordarte lo bien que le viene a cualquier espacio tu excelente poesía, y bueno, decirte que me dejas encantado con tus palabras hacia mi poema.

Muchas gracias, Just. Un abrazo.

Quizás, como suele suceder, Pepa, encuentras palabras precisas para definir los poemas. En éste mezclo mi posición ante la poesía y la amada sin que pueda establecer las distancias, por eso me decanté por este título, recordando la famosísima rima de Bécquer.

Un abrazo.

Gracias, Borja, por tus palabras elogiosas hacia mi poema.

Un abrazo.

Te lo agradezco sinceramente, Ricardo. Metido como estuve unos días en esto de los sonetos, intentando hacerlo bien, produce satisfacción recibir palabras de elogio.

Un abrazo.