LLANURAS DEL SENTIMIENTO
Publicado: Mar, 23 Abr 2013 4:47
Llanuras del sentimiento
Dedicado a Javier
Dedicado a Valeria
Dedicado a Luis
Sé que la balada enamorada está junto a ti,
también
que las flores son hermosas en tu paraíso.
Sé muy bien que la balada está
donde se guarda el fuego,
amante de un juego de ajedrez
amante del brillo en la niebla.
Esta noche más que nunca
te pido amor mío,
te pido un beso,
una estrella titilante del pasado,
para que el amor se encienda
tanto como pueda una mujer
o el otro terciopelo de la vida.
Sé que arrullarás la luna
con un niño en tu edén etéreo
cadencia de las guitarras,
junto a un vino en luna de miel.
Amada,
amada del silencio perpetuo,
jura que irás al jardín
donde tus labios puedan besar.
Sé que el otoño puede padecer,
padecer tu ausente mirada,
que el relámpago es agónico,
que la azul planicie del acá
está con las canciones de la vida.
Sé que nunca morirá mi alma.
Sé que te sabes mejor que tu misma
retoño de la dulce paz en la tierra
mar,
mar de luz que viertes en la gótica ciudad
ausente viuda de los acantilados.
Sé, aún perdiendo mis atardeceres,
que la violencia poética va junto al mar
pero
tú no sabes que niebla cubre el sur
de una isla más allá de tu cuerpo,
de una ave temblorosa en la ignota soledad,
soledad de seres que padecen el fulgor.
Amante... amante… amante
Nunca entenderás mi sueño agónico.
Nunca serás más que polvo de nereidas.
Nunca pero nunca atardecerás con pájaros,
con miles de pájaros, este amparo de pecado
cuando el sol se eclipse
más que nunca,
más que siempre, de dulces murmullos a la hambruna que te piensa.
No serás otra mirada más,
tú, la novia perdida que encontró una caracola,
la vida perfecta para mi infierno desolado.
He de buscarte.
He de buscarte.
Entre olas de Alfonsina Storni
sin la piedad enfurecida que es tu nombre.
Siempre serás la crisálida que anuncia tu verso,
siempre luna de primavera,
aun más que todo lo que mi ser habita,
aun más que la piedad de tu sangre en mí,
aun más.
¿Dime tú
que es lo que retiene el tiempo
el tiempo que te agiganta en lo perpetuo?
¿Dime
qué es el pecado o la piedad
que acoge una roca pura?
Defiéndete, desventurada,
defiéndete
porque nunca, pero nunca,
sabrás
qué es saberse desnuda en las llanuras del sentimiento.
Dedicado a Javier
Dedicado a Valeria
Dedicado a Luis
Sé que la balada enamorada está junto a ti,
también
que las flores son hermosas en tu paraíso.
Sé muy bien que la balada está
donde se guarda el fuego,
amante de un juego de ajedrez
amante del brillo en la niebla.
Esta noche más que nunca
te pido amor mío,
te pido un beso,
una estrella titilante del pasado,
para que el amor se encienda
tanto como pueda una mujer
o el otro terciopelo de la vida.
Sé que arrullarás la luna
con un niño en tu edén etéreo
cadencia de las guitarras,
junto a un vino en luna de miel.
Amada,
amada del silencio perpetuo,
jura que irás al jardín
donde tus labios puedan besar.
Sé que el otoño puede padecer,
padecer tu ausente mirada,
que el relámpago es agónico,
que la azul planicie del acá
está con las canciones de la vida.
Sé que nunca morirá mi alma.
Sé que te sabes mejor que tu misma
retoño de la dulce paz en la tierra
mar,
mar de luz que viertes en la gótica ciudad
ausente viuda de los acantilados.
Sé, aún perdiendo mis atardeceres,
que la violencia poética va junto al mar
pero
tú no sabes que niebla cubre el sur
de una isla más allá de tu cuerpo,
de una ave temblorosa en la ignota soledad,
soledad de seres que padecen el fulgor.
Amante... amante… amante
Nunca entenderás mi sueño agónico.
Nunca serás más que polvo de nereidas.
Nunca pero nunca atardecerás con pájaros,
con miles de pájaros, este amparo de pecado
cuando el sol se eclipse
más que nunca,
más que siempre, de dulces murmullos a la hambruna que te piensa.
No serás otra mirada más,
tú, la novia perdida que encontró una caracola,
la vida perfecta para mi infierno desolado.
He de buscarte.
He de buscarte.
Entre olas de Alfonsina Storni
sin la piedad enfurecida que es tu nombre.
Siempre serás la crisálida que anuncia tu verso,
siempre luna de primavera,
aun más que todo lo que mi ser habita,
aun más que la piedad de tu sangre en mí,
aun más.
¿Dime tú
que es lo que retiene el tiempo
el tiempo que te agiganta en lo perpetuo?
¿Dime
qué es el pecado o la piedad
que acoge una roca pura?
Defiéndete, desventurada,
defiéndete
porque nunca, pero nunca,
sabrás
qué es saberse desnuda en las llanuras del sentimiento.