Editorial Alaire

Vente conmigo al recorrido pendiente
del deseo altivo que nos llama,
que el alma quiere amarnos
y nos concede tiempo,
que aún tiene rincones la palabra
que olvidaron semillas de miel
entre los cielos.

Vente conmigo a hacer camino
entre las telas sumisas de la alcoba,
que seguro que hay valles y cerros,
y volcanes eternos que no has visto
entre el cielo y el suelo de mi ropa,
que no quiero vírgenes llanuras
para el paso insolente de tu sombra,
ni territorio hostil para tu tacto,
ni un milímetro indolente
para el ardiente evangelio de tu boca.

Vente conmigo a escribir la locura
que tenemos pendiente,
que apenas tiene espera el reloj del sentido
y aun me siento vivo para amarte,
que quiero que te enredes en mis brazos
y ahogues mi voz con tu gemido,
que sientas la avaricia de mis manos
bordando el recorrido brutal de tu desnudo
y el mundo se detenga,
y sientas tu cuerpo partido,
vivido,
con la noción perdida del tiempo y el espacio.

Vente conmigo al paso del destino,
que tenemos que ser de la palabra
y olvidar si fuimos, lo que fuimos,
y vivirnos de nuevo… si vivimos.

Hay muchos versos soberbios en este poema. Sin embargo es el conjunto el que atrapa. Eres especialista en la poesía del amor y eso se agradece, pues es un placer leerte.
Un abrazo, Miguel
J. Manuel

José Manuel Sáiz escribió:Hay muchos versos soberbios en este poema. Sin embargo es el conjunto el que atrapa. Eres especialista en la poesía del amor y eso se agradece, pues es un placer leerte.
Un abrazo, Miguel
J. Manuel

Muchas gracias compañero. Un abrazo