Editorial Alaire

Carmen López escribió:Habré leído lo menos 20 veces este poema, hoy me atreveré a dejar el comentario.
Me parece sublime, de lo mejor que te he leído y tienes grandes poemas.
Pero, el principio del poema es aplastante: el primer verso ya hechiza tiene el valor de meterse en el bolsillo al lector para conocer el discurrir de lo expuesto y el segundo....te quita la respiración por momentos.
Además claro, Paco somos todos y claro a Paco lo queremos...realmente una genialidad de poema, es para enmarcar, para aplaudir hasta que se desgasten las manos. Mis respetos.

Un abrazo.

Carmen

Rafel Calle escribió:Imaginemos que el amor existe
y que se llama Paco.
No pensemos en san Francisco, no,
tan solo en un humilde y pinturero Paco.

Se llama Paco porque el frío avanza
y la razón de calentarse mueve
la mera calidad de la añoranza
en los apelativos de la nieve.

Suyo es el confín de la tardanza,
suya la dimensión de un ser muy leve,
suyos los resbalones de una danza
de claqué y nudismo cuando llueve.

Paco, química, piel, himen eterno
o la desfloración de cada día,
oficio y religión en dos becarios.

Paco, siempre aprendiz del casto invierno,
lamido en la virtual anatomía
que suelen ser los tuétanos precarios.

Rafel Calle escribió:Imaginemos que el amor existe
y que se llama Paco.
No pensemos en san Francisco, no,
tan solo en un humilde y pinturero Paco.

Se llama Paco porque el frío avanza
y la razón de calentarse mueve
la mera calidad de la añoranza
en los apelativos de la nieve.

Suyo es el confín de la tardanza,
suya la dimensión de un ser muy leve,
suyos los resbalones de una danza
de claqué y nudismo cuando llueve.

Paco, química, piel, himen eterno
o la desfloración de cada día,
oficio y religión en dos becarios.

Paco, siempre aprendiz del casto invierno,
lamido en la virtual anatomía
que suelen ser los tuétanos precarios.