MIEDO

[Miguel Alcantud]

Tengo en mis manos guardadas
palabras que nunca te he escrito,
a pesar de sentirte cercana
en los sonidos cálidos de los días perdidos.

Tengo en mis manos miradas
a la espalda de caminos imposibles,
irrepetibles senderos cerrados
al paso traicionero del tiempo abandonado.

Tengo grabado en el alma
el poema perfecto
esperando momentos de lluvia
que nunca llegaron,
eternas caricias sin puerto ni arena,
sin piel de verano,
ni yunta, ni arado donde dormir el abandono
de los siglos alargados de mi pena.

Tengo miedo de dejarte herida
en los suelos de otoño,
de robarte la vida en un descuido
y escribirte entre las letras que oculto,
y olvidarte.

Tengo miedo de llenarte de palabras
y dormirte para siempre en imposibles,
por si tu espalda se ahoga de equipaje
y el amor resbala,
por si mi boca se apaga
y tu mano me abandona,
por si mi voz naufraga eternamente,
en el inmenso mar de tu mirada.

[Sandra Gª Garrido]

El amor a veces da miedo, de tanto amar nos duele el amor,
y de tanto usarlo parece que se nos desgasta, pero no el amor
puede ser eterno, hay que mimarlo, hay que reconquistarse.

Mi beso

[Miguel Alcantud]

El amor a veces da miedo, de tanto amar nos duele el amor,
y de tanto usarlo parece que se nos desgasta, pero no el amor
puede ser eterno, hay que mimarlo, hay que reconquistarse.

Mi beso

Muchas gracias por el comentario Sandra. Un saludo

[Quinteño de Greda]

Miguel, te dejo un cordial abrazo, pues ahora no tengo calificativos para ti.
Sólo decirte que, lleva muchos quilates la glosa que destaco:

Tengo grabado en el alma
el poema perfecto
esperando momentos de lluvia
que nunca llegaron,
eternas caricias sin puerto ni arena,
sin piel de verano,
ni yunta, ni arado donde dormir el abandono
de los siglos alargados de mi pena.

[Miguel Alcantud]

Miguel, te dejo un cordial abrazo, pues ahora no tengo calificativos para ti.
Sólo decirte que, lleva muchos quilates la glosa que destaco:

Tengo grabado en el alma
el poema perfecto
esperando momentos de lluvia
que nunca llegaron,
eternas caricias sin puerto ni arena,
sin piel de verano,
ni yunta, ni arado donde dormir el abandono
de los siglos alargados de mi pena.

Muchísimas gracias amigo. Un abrazo