El Silencioso Huevo del Sueño
Publicado: Mar, 01 Abr 2008 18:44
El Silencioso Huevo del Sueño
A Win Weders cuando escucha boleros cubanos
Vas al encuentro del silencio como una esclava con la cabeza envuelta en un pañuelo
Te peinas mirando tu reflejo detrás del vidrio que tiene el color de un empeine y cavila como el agua
Sales desnuda y oliendo a cerezas o a candados abiertos, y te desmoronas en la jalea de las sombras hecha un ovillo, o el golpeteo de la memoria en una tabla
Él te espera en el corazón del silencio con las patas sobre un cuerno, cogido del borde del salto con las antenas punzantes y un campanazo en el filo de los brazos
Oyes el fluir de su sudor entre los vellos, y tu cuerpo se vuelve silbido verde o taza de té invisible en una bandeja de platino
Tu pelvis late como un globo que hincha un deficiente a pleno grito, eres como la pantera que tiene el sexo redondo como las convicciones, dispuesto para el combatiente, iluminado como un planeta, temblón como los vientos
Al silencio lo tienes maniatado con sogas de buque soviético en el medio de tu cuarto, le has puesto un nombre lleno de agujas: lo llamas “soledad del mono que sonríe por estrategia”, y te gusta pronunciarlo
Lo mentas dentro de las botellas, bajo las lajas de un patio donde pende la ropa, en la oreja de un muerto, te gusta desnombrarlo como desatando la camisa de un obrero transpirado
Vas a darte a él como si fueras un trompo que canta, girarás alrededor de su peso imperiosamente como un gato
Olerás las manos del silencio que sangra y que hieden a martillo, a polvo del ramo sin dueño, que huelen a pechuga de membrillo, a agonía del muro, a mechones posibles bajo el brazo
Olerás a tu silencio de simiente como se huelen los paquetes o las cintas del pelo, lo inhalarás como a los árboles o al seno, o a la pluma, lo olerás hasta matarlo
Te subirás a él como a un cuadro sinóptico, escalarás sus razones como si fueran pasos de tropa, harás nidos en los pliegues de cada una de sus hojas, pondrás los huevos suaves del sueño en sus andamios
Rafael Teicher
A Win Weders cuando escucha boleros cubanos
Vas al encuentro del silencio como una esclava con la cabeza envuelta en un pañuelo
Te peinas mirando tu reflejo detrás del vidrio que tiene el color de un empeine y cavila como el agua
Sales desnuda y oliendo a cerezas o a candados abiertos, y te desmoronas en la jalea de las sombras hecha un ovillo, o el golpeteo de la memoria en una tabla
Él te espera en el corazón del silencio con las patas sobre un cuerno, cogido del borde del salto con las antenas punzantes y un campanazo en el filo de los brazos
Oyes el fluir de su sudor entre los vellos, y tu cuerpo se vuelve silbido verde o taza de té invisible en una bandeja de platino
Tu pelvis late como un globo que hincha un deficiente a pleno grito, eres como la pantera que tiene el sexo redondo como las convicciones, dispuesto para el combatiente, iluminado como un planeta, temblón como los vientos
Al silencio lo tienes maniatado con sogas de buque soviético en el medio de tu cuarto, le has puesto un nombre lleno de agujas: lo llamas “soledad del mono que sonríe por estrategia”, y te gusta pronunciarlo
Lo mentas dentro de las botellas, bajo las lajas de un patio donde pende la ropa, en la oreja de un muerto, te gusta desnombrarlo como desatando la camisa de un obrero transpirado
Vas a darte a él como si fueras un trompo que canta, girarás alrededor de su peso imperiosamente como un gato
Olerás las manos del silencio que sangra y que hieden a martillo, a polvo del ramo sin dueño, que huelen a pechuga de membrillo, a agonía del muro, a mechones posibles bajo el brazo
Olerás a tu silencio de simiente como se huelen los paquetes o las cintas del pelo, lo inhalarás como a los árboles o al seno, o a la pluma, lo olerás hasta matarlo
Te subirás a él como a un cuadro sinóptico, escalarás sus razones como si fueran pasos de tropa, harás nidos en los pliegues de cada una de sus hojas, pondrás los huevos suaves del sueño en sus andamios
Rafael Teicher