Editorial Alaire

jose junco escribió:MUJER EN FLOR

A la muchacha aquella la perseguía un vuelo,
pero no se sabía si el vuelo era con alas
nacidas de algún pájaro que andaba enamorado
o era un recuerdo antiguo o una premonición.
Lo único cierto es que fuera a donde fuera
el vuelo acompañaba sus largos recorridos
sin que estuvieran claros propósito o intenciones.
Siempre allí acompañando a la altura del hombro
clavículas y amores, extrañas circunstancias,
las lágrimas y penas emigradas del sur,
del punto más oscuro y turbia del planeta;
pero también la risa si franca se rendía
y la atracción sin límites del sol cuando fallece.
Hasta con cierta envidia allá por el otoño
lo árboles desnudos añoraban los pájaros
viendo cómo aquel vuelo seguía a la muchacha
y cómo traficaba el viento con su pelo.
Y resultó que en día de un mes sin pantalones
en plena calle ausente se vio como un suspiro,
como un ver y no ver, como un asombro,
el impasible ascenso a terrenos de nadie
del cuerpo y otras prendas y nuevos horizontes
de la muchacha aquella seguida por un vuelo.

Hallie Hernández Alfaro escribió:

jose junco escribió:MUJER EN FLOR

A la muchacha aquella la perseguía un vuelo,
pero no se sabía si el vuelo era con alas
nacidas de algún pájaro que andaba enamorado
o era un recuerdo antiguo o una premonición.
Lo único cierto es que fuera a donde fuera
el vuelo acompañaba sus largos recorridos
sin que estuvieran claros propósito o intenciones.
Siempre allí acompañando a la altura del hombro
clavículas y amores, extrañas circunstancias,
las lágrimas y penas emigradas del sur,
del punto más oscuro y turbio del planeta;
pero también la risa, si franca, se rendía
y la atracción sin límites del sol cuando fallece.
Hasta con cierta envidia allá por el otoño
lo árboles desnudos añoraban los pájaros
viendo cómo aquel vuelo seguía a la muchacha
y cómo traficaba el viento con su pelo.
Y resultó que en día de un mes sin pantalones
en plena calle ausente se vio como un suspiro,
como un ver y no ver, como un asombro,
el impasible ascenso a terrenos de nadie
del cuerpo y otras prendas y nuevos horizontes
de la muchacha aquella seguida por un vuelo.

Una preciosidad, jose. Para leer y sentir y luego volver a las metáforas y soñar.

Salud y un abrazo.