Editorial Alaire

Pasé de nuevo a recogerte
y te encontré dormida
entre las hojas amarillas
del corazón cansado de miradas.

Y recordé palabras que inventé contigo
en los instantes que creímos
en las voces imposibles,
y los sueños,
y se me fueron las horas tras tus pasos
hacia ninguna parte…

Amarte fue el castigo por vivirte
atado a las ausencias del tiempo
cuando la piel añora,
fue, soledad en la palabra
y un balcón donde el olvido
vio pasar de largo las lunas moribundas,
y los recuerdos.

Amarte fue el reloj en el ocaso,
el último paso hacia el destino,
el vino amargo del adiós
servido en las copas de esta voz
que apenas te pronuncia,
que ahora te renuncia en cada poro
y, sin embargo…
en mi palabra añoro la locura de vivirnos
lentamente,
como si el viento hubiera detenido
el tiempo en las verdades de tu frente
y no te hubieras ido,
como si aún fueran verdad las rosas
y en tu jardín quedaran huellas compartidas.

Amarte fue el poema
que no sobrevivimos.

Miguel Alcantud escribió:Pasé de nuevo a recogerte
y te encontré dormida
entre las hojas amarillas
del corazón cansado de miradas.

Y recordé palabras que inventé contigo
en los instantes que creímos
en las voces imposibles,
y los sueños,
y se me fueron las horas tras tus pasos
hacia ninguna parte…

Amarte fue el castigo por vivirte
atado a las ausencias del tiempo
cuando la piel añora,
fue, soledad en la palabra
y un balcón donde el olvido
vio pasar de largo las lunas moribundas,
y los recuerdos.

Amarte fue el reloj en el ocaso,
el último paso hacia el destino,
el vino amargo del adiós
servido en las copas de esta voz
que apenas te pronuncia,
que ahora te renuncia en cada poro
y, sin embargo…
en mi palabra añoro la locura de vivirnos
lentamente,
como si el viento hubiera detenido
el tiempo en las verdades de tu frente
y no te hubieras ido,
como si aún fueran verdad las rosas
y en tu jardín quedaran huellas compartidas.

Amarte fue el poema
que no sobrevivimos.

Este poema es tan hermoso como otros tuyos, pero lleva tantísimo dolor en cada imagen que sobresale en el lirismo apasionado.

Los dos últimos versos son grandiosos.

Aplausos y felicidad, Miguel.

Gran sensibilidad. Una entrega maravillosa y conmovedora. Abrazos poeta.

Pasar, es deleitarme, Miguel.
Nunca dejas de sorprenderme.
Un placer.

Hallie Hernández Alfaro escribió:

Miguel Alcantud escribió:Pasé de nuevo a recogerte
y te encontré dormida
entre las hojas amarillas
del corazón cansado de miradas.

Y recordé palabras que inventé contigo
en los instantes que creímos
en las voces imposibles,
y los sueños,
y se me fueron las horas tras tus pasos
hacia ninguna parte…

Amarte fue el castigo por vivirte
atado a las ausencias del tiempo
cuando la piel añora,
fue, soledad en la palabra
y un balcón donde el olvido
vio pasar de largo las lunas moribundas,
y los recuerdos.

Amarte fue el reloj en el ocaso,
el último paso hacia el destino,
el vino amargo del adiós
servido en las copas de esta voz
que apenas te pronuncia,
que ahora te renuncia en cada poro
y, sin embargo…
en mi palabra añoro la locura de vivirnos
lentamente,
como si el viento hubiera detenido
el tiempo en las verdades de tu frente
y no te hubieras ido,
como si aún fueran verdad las rosas
y en tu jardín quedaran huellas compartidas.

Amarte fue el poema
que no sobrevivimos.

Este poema es tan hermoso como otros tuyos, pero lleva tantísimo dolor en cada imagen que sobresale en el lirismo apasionado.

Los dos últimos versos son grandiosos.

Aplausos y felicidad, Miguel.

Muchas gracias por tus palabras Hallie. Un abrazo

Ricardo José Lascano escribió:Gran sensibilidad. Una entrega maravillosa y conmovedora. Abrazos poeta.

Muchas gracias compañero. Un abrazo

Quinteño de Greda escribió:Pasar, es deleitarme, Miguel.
Nunca dejas de sorprenderme.
Un placer.

Y ojalá que siga siendo asi amigo. Un abrazo