Editorial Alaire

Las matemáticas del alma formulan que el misterio
inexorablemente vierte sus nieblas blanquecinas
en las aguas oscuras de la decepción.
Sabemos que el presente
cobija sus élitros inapreciables
bajo la alfombra de la abscisa,
en el rincón que transita el olvido.
Trepamos al árbol imposible,
surcamos veredas que el tiempo había ocultado
bajo escombros de letras, donde yacen
los corazones traspasados
por la herrumbre del óxido.
De este cuerpo que transustancia la liturgia
del caos, queda la sombra de la caída,
el fatal desenlace de la Estigia.
Sólo un error imperdonable,
la distracción ineluctable de la vida,
puede alterar el desorden del vértice.

Un poema profundo que nos transmite un vértigo existencial. Uno se siente caer por un abismo inquietante al descender en cada verso. Y la poesía es eso muchas veces: hacer sentir cosas ináuditas y sobrecogedoras. Un buen poema.
Un abrazo
J. Manuel

Una buena reflexión sobre el sentido de la existencia. Ha sido un placer leer tu poema. Un abrazo.

consigues que el vértice se llene de poesíade la buena.

una satisfación grande leerte, amigo

un abrazo

Refexionas y la belleza se enaltece. Un gusto seguir tu pensamiento
Besos
Pilar

Reflexionas y la lectura invita a seguir el juego, bello poema existencial que he disfrutado.

Un abrazo.

Estupendo poema en el que arrastras al lector a tu universo introspectivo. Un placer.
Un abrazo.
Pepa

Sube para nuestro deleite.

José Manuel Sáiz escribió:Un poema profundo que nos transmite un vértigo existencial. Uno se siente caer por un abismo inquietante al descender en cada verso. Y la poesía es eso muchas veces: hacer sentir cosas ináuditas y sobrecogedoras. Un buen poema.
Un abrazo
J. Manuel

Cada experiencia vital, cada relación puede ser vista como un viaje, una epopeya donde los personajes deambulan por entre precipicios. Sólo el azar, lo puramente anecdótico, puede salvarnos de la caída. Es un placer para mí tener el privilegio de leer tus intensos comentarios. Un abrazo.

Ramón Carballal escribió:Una buena reflexión sobre el sentido de la existencia. Ha sido un placer leer tu poema. Un abrazo.

Y de cómo la existencia salta de error en error. Incluso un error acaba resolviendo el caos. Un abrazo, amigo.

Roberto, tu lenguaje poético surca las aguas de los tropos y la riqueza léxica como pez en su elemento: armonioso, fluido. Esto ya es una constante en tu poesía. Pero ahora además, muestra de forma creciente, una unión de la forma con el tema más y más inmanente.

Sin embargo, lo que me llama la atención es el equilibrio entre el uso de tropos, caracterizados –entre otras cosas- por crear una dificultad de comprensión del texto(oscuridad) y la comprensión conceptual del poema(claridad). Bien, pues, en este poema navegas en el punto equidistante, en lo que vino a llamar Juan de Jáuregui la perspicuidad.

Enhorabuena por esta creación y gracias por compartirla con todos.

Un fuerte abrazo.

Filosofas a versos, a golpes de un ritmo imparisílabo, metáforas sutiles, a lexicografía depurada, para abrirnos heridas dolorosas que nunca cicatrizan, para mostrarnos al hombre perdido en su índole humana.


Un poema valioso para cualquier amante de la poesía.
Un abrazo.
Óscar

Guillermo Cuesta escribió:consigues que el vértice se llene de poesíade la buena.

una satisfación grande leerte, amigo

un abrazo

También lo rellenaremos de afecto y gratitud. Un abrazo.

Pilar Morte escribió:Refexionas y la belleza se enaltece. Un gusto seguir tu pensamiento
Besos
Pilar

El verdadero placer es compartir y tú sabes hacerlo como nadie. Un abrazo.

ROBERTO LÓPEZ escribió:Las matemáticas del alma formulan que el misterio
inexorablemente vierte sus nieblas blanquecinas
en las aguas oscuras de la decepción.
Sabemos que el presente
cobija sus élitros inapreciables
bajo la alfombra de la abscisa,
en el rincón que transita el olvido.
Trepamos al árbol imposible,
surcamos veredas que el tiempo había ocultado
bajo escombros de letras, donde yacen
los corazones traspasados
por la herrumbre del óxido.
De este cuerpo que transustancia la liturgia
del caos, queda la sombra de la caída,
el fatal desenlace de la Estigia.
Sólo un error imperdonable,
la distracción ineluctable de la vida,
puede alterar el desorden del vértice.

Un poema aclimatadamente filosófico, imprescindiblemente inteligente, matemáticamente interesante, inevitablemente bello, amigo Roberto, en el que todo me lleva a Descartes, a su “cogito ergo sum”; y, cómo no, a su “Es la ligereza de la materia del Cielo la que hace que los cuerpos terrestres sean pesados”.
Por cierto, te apunto “herrumbre-óxido”, por si la redundancia no fuese intencionada.
Ha sido un placer leerte. Felicidades por el poema, estimado compañero.
Un cordial abrazo.