EL ULTIMO BARCO AL INFINITO
Publicado: Mar, 02 Abr 2013 9:42
En algún instante de venas calladas
y ríos ausentes,
de frentes cubiertas de otoños de tierra,
de guerras perdidas y heridas profundas,
de soledades…
volveré a buscarte.
En algún infierno de horas eternas
y calles vacías,
de aceras grises y puertas dormidas,
de soles apagados y ahogados llantos
de melancolía…
volveré a llamarte.
En algún sueño quedó tu boca rezagada
y el sonido del mar sepultó tu voz,
y tu mirada,
y te dejé varada en el recuerdo
de los días felices,
abandonada entre las notas
de las canciones rotas del destino
y me marché sin ti a la mañana
vestido del orgullo de sentirte concluida,
sentada en el epílogo del último
poema de mi vida.
Y ahora,
que aún sangra la herida abierta de tu ausencia,
necesito volverte presencia en mi poesía
y que el día comience en los pliegues de tu ropa,
que tu boca,
recorra los peldaños de mi boca
y subamos de nuevo al infinito emparejados,
atados a la grupa desbocada del deseo incontenido,
que tenemos pendiente la eternidad del camino,
y en el destino,
aún se escuchan las sirenas
del último barco al infinito.
y ríos ausentes,
de frentes cubiertas de otoños de tierra,
de guerras perdidas y heridas profundas,
de soledades…
volveré a buscarte.
En algún infierno de horas eternas
y calles vacías,
de aceras grises y puertas dormidas,
de soles apagados y ahogados llantos
de melancolía…
volveré a llamarte.
En algún sueño quedó tu boca rezagada
y el sonido del mar sepultó tu voz,
y tu mirada,
y te dejé varada en el recuerdo
de los días felices,
abandonada entre las notas
de las canciones rotas del destino
y me marché sin ti a la mañana
vestido del orgullo de sentirte concluida,
sentada en el epílogo del último
poema de mi vida.
Y ahora,
que aún sangra la herida abierta de tu ausencia,
necesito volverte presencia en mi poesía
y que el día comience en los pliegues de tu ropa,
que tu boca,
recorra los peldaños de mi boca
y subamos de nuevo al infinito emparejados,
atados a la grupa desbocada del deseo incontenido,
que tenemos pendiente la eternidad del camino,
y en el destino,
aún se escuchan las sirenas
del último barco al infinito.