Editorial Alaire

**

-I-

Como un autómata ajeno
deambulo por la ciudad
con los auriculares de mi antígua radio colocados,
la mirada perdida a veinte centímetros
de la punta de los zapatos
(ni un centímetro más,
ni un centímetro menos)
y el acento circunflejo del abatimiento
escrito en la frente.

Y sucede
que, de súbito,
oigo los compases de Pur ti miro
pur ti godo, mi admirado C. Monteverdi,
y escucho -detenidamente-
la belleza de sus compases,
la contenida emoción del viento
del amor, y evoco esos abrazos tuyos
que tanto añoro.

Y sucede
que el andamiaje de cartón
de mi rostro se deshace
y en los labios toma asiento
el color carmesí de la sangre
- los pocos avisados
podrían confundirlo con vida-,
y de la porcelana blanca
que ocupan mis cuencas
parece, pareciera, brotar
un tenue, breve, brevísimo
remedo de lágrima.


-II-

(La noche me interroga
con la muesca de la ironía
y la sonrisa tosca.

La noche está lienta,
elevo la vista:
apenas entreveo , por la contaminación
hidrargiria de las farolas,
estrella alguna.)


-III-


Camino.

Desnudo
cruzo
un pórtico
de vaho, de nada,
de olvido.

Después, el silencio.


2013

**


http://youtu.be/nyrLYxGN_DA

.

Andrés Rebolledo escribió:**

-I-

Como un autómata ajeno
deambulo por la ciudad
con los auriculares de mi antígua radio colocados,
la mirada perdida a veinte centímetros
de la punta de los zapatos
(ni un centímetro más,
ni un centímetro menos)
y el acento circunflejo del abatimiento
escrito en la frente.

Y sucede
que, de súbito,
oigo los compases de Pur ti miro
pur ti godo, mi admirado C. Monteverdi,
y escucho -detenidamente-
la belleza de sus compases,
la contenida emoción del viento
del amor, y evoco esos abrazos tuyos
que tanto añoro.

Y sucede
que el andamiaje de cartón
de mi rostro se deshace
y en los labios toma asiento
el color carmesí de la sangre
- los pocos avisados
podrían confundirlo con vida-,
y de la porcelana blanca
que ocupan mis cuencas
parece, pareciera, brotar
un tenue, breve, brevísimo
remedo de lágrima.


-II-

(La noche me interroga
con la muesca de la ironía
y la sonrisa tosca.

La noche está lienta,
elevo la vista:
apenas entreveo , por la contaminación
hidrargiria de las farolas,
estrella alguna.)


-III-


Camino.

Desnudo
cruzo
un pórtico
de vaho, de nada,
de olvido.

Después, el silencio.


2013

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http://youtu.be/nyrLYxGN_DA

.

Andrés, el poema me encantó, busqué la música sin percatarme que habías puesto el enlace, y ciertamente, luego de acceder a él, el poema cobró un nuevo significado. La música es en general, maravillosa y en particular ésta, lo es doblemente, porque se enriquece con el poema. Así queda algo que parece indisoluble. Ha sido -leerte- un momento gratísimo. Saludos, Luna.-

Copiaría palabra por palabra el comentario de Luna, pero me acusaría de plagio, así que te diré que estoy de acuerdo con ella y que el poema me parece de antología. No le daría una estrella, sino toda una galaxia. Un placer leerte.
Un abrazo.
Pepa

Fondo y forma forman uno en belleza. Un placer leerte este magnífico poema
Abrazos
Pilar

Y sucede
que el andamiaje de cartón
de mi rostro se deshace
y en los labios toma asiento
el color carmesí de la sangre
- los pocos avisados
podrían confundirlo con vida-,
y de la porcelana blanca
que ocupan mis cuencas
parece, pareciera, brotar
un tenue, breve, brevísimo
remedo de lágrima.

...


Es muy bueno, Andrés.

Que usted descanse esta semana santa todo lo que pueda.

No verás estrellas, pero los sones de tu poesía son magníficos
y conciertan desafiadamente con el enlace musical.

Un abrazo

Magnífico trabajo, Andrés.

Van muchísimos aplausos.

Muchas gracais, Luna. Celebro que te gustara la música.

Un abrazo,

A.

Muchas gracias, Josefa.

Un abrazo, A

Siempre es un placer encontrate en mis versos, Pilar.

Gracias

A