Editorial Alaire

Es curioso que llueva debajo del paraguas,
y este frío que sólo me abandona
al traspasarme la gélida cerveza.
Qué extraño este periplo absurdo de marcharme
y encontrarte de nuevo en la inasible
e imposible distancia.
Me mojo entre las sábanas,
me agito en laberintos
de soledades enturbiadas de risas.
Y cuando pasa el viento espeso de la noche,
aterido y desnudo como un ángel de piedra,
vislumbro en el silencio tu silueta
marcharse del jardín entre los charcos
de una lluvia que jamás nadie vio.

Roberto voy a ser yo quien quite el antiestético cero a este poema que nos dejas el cual me transmite unasugerente melancolía. Me gustó

saludos

rafael

Me gustó este poema de lluvias y ausencias. Ha sido un placer leerlo. Un abrazo.

ROBERTO LÓPEZ escribió:Es curioso que llueva debajo del paraguas,
y este frío que sólo me abandona
al traspasarme la gélida cerveza.
Qué extraño este periplo absurdo de marcharme
y encontrarte de nuevo en la inasible
e imposible distancia.
Me mojo entre las sábanas,
me agito en laberintos
de soledades enturbiadas de risas.
Y cuando pasa el viento espeso de la noche,
aterido y desnudo como un ángel de piedra,
vislumbro en el silencio tu silueta
marcharse del jardín entre los charcos
de una lluvia que jamás nadie vio.

Roberto, hay poemas que producen una sensación similar a la que describen, esto me pasó al leer el tuyo, celebro entonces haber tenido la oportunidad de hacerlo.
Un abrazo! Luna.-

Roberto tu poema es un poema muy visual, descriptivo de manera muy acertada. La última estrofa es impresionante.

Un abrazo.

Buen poema, Roberto. Me ha gustado mucho. Tiene ángel, y no es de piedra precisamente.
Un fuerte abrazo.

ROBERTO LÓPEZ escribió:Es curioso que llueva debajo del paraguas,
y este frío que sólo me abandona
al traspasarme la gélida cerveza.
Qué extraño este periplo absurdo de marcharme
y encontrarte de nuevo en la inasible
e imposible distancia.
Me mojo entre las sábanas,
me agito en laberintos
de soledades enturbiadas de risas.
Y cuando pasa el viento espeso de la noche,
aterido y desnudo como un ángel de piedra,
vislumbro en el silencio tu silueta
marcharse del jardín entre los charcos
de una lluvia que jamás nadie vio.

Me ha encantado leer tu bello poema. Felicidades.
Un abrazo.
BEGOÑA.

Roberto, estimado poeta, es una creación brillante, una mirada colmada de atributos que conforman un escenario acorde para cierta melancolía. Me gustó mucho. dejo abrazos.

Bella composición, todo un placer haberla leído. Saludos cordiales, Roberto.

Muy bonito, Roberto.
Original, bien medido y bien contado.
Sólo un pequeñisimo apunte de alguien que viene de la música: no me importa tropezarme de vez en cuando con un contraritmo en medio del poema, pero en el último verso... a mi me chirría un poco, entre otras cosas porque no quedan versos para poderlo remediar.

Me ha gustado el poema y por eso lo comento.

Un abrazo, poeta.

Víctor

ROBERTO LÓPEZ escribió:Es curioso que llueva debajo del paraguas,
y este frío que sólo me abandona
al traspasarme la gélida cerveza.
Qué extraño este periplo absurdo de marcharme
y encontrarte de nuevo en la inasible
e imposible distancia.
Me mojo entre las sábanas,
me agito en laberintos
de soledades enturbiadas de risas.
Y cuando pasa el viento espeso de la noche,
aterido y desnudo como un ángel de piedra,
vislumbro en el silencio tu silueta
marcharse del jardín entre los charcos
de una lluvia que jamás nadie vio.

Un poema muy hermoso, amigo Roberto, parece como si cada uno de los verso se desnudase para ofrecernos su más íntim sentido, verdad y ofrecimiento.

Un abrazo.

Roberto, buen mensaje el de tu poema. Mira a ver si te mojas porque
caminas al revés, es decir como haciendo el pino.
Aunque no es malo mojarse cuando el ambiente lo pide.

un abrazo

ROBERTO LÓPEZ escribió:Es curioso que llueva debajo del paraguas,
y este frío que sólo me abandona
al traspasarme la gélida cerveza.
Qué extraño este periplo absurdo de marcharme
y encontrarte de nuevo en la inasible
e imposible distancia.
Me mojo entre las sábanas,
me agito en laberintos
de soledades enturbiadas de risas.
Y cuando pasa el viento espeso de la noche,
aterido y desnudo como un ángel de piedra,
vislumbro en el silencio tu silueta
marcharse del jardín entre los charcos
de una lluvia que jamás nadie vio.

Una joya que merece la primera página.

Rafael Valdemar escribió:Roberto voy a ser yo quien quite el antiestético cero a este poema que nos dejas el cual me transmite unasugerente melancolía. Me gustó

saludos

rafael

Gracias, Rafael, una vez más, por tu generosa aportación y comentario. Abrazos.