Editorial Alaire

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CRUZ REHUSADA
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La columna vertebral de mi columna
es una madera
que me esperará en el monte Gólgota.
Pero,
un Caifás interno
me acusará de blasfemar contra el amor,
y me llevará ante un Pilatos procurador.
Nada, el hombre no entenderá mucho,
me remitirá a mi propio Herodes
quien me vestirá de príncipe, con ropajes azules,
haciéndome pensar que no sabe lo que hace,
pero, ya nada importará,
mientras, de vuelta, la sedición quede patente
y Pilatos, él solo, se lave las manos en nombre del imperio
y sea mi propia multitud
quien elija a un Barrabás como único inocente.
Me darán latigazos.
Me escupirán la cara.
Me harán cargar el patíbulo y transitar el viacrucis,
pretendiendo clavarme a la madera.
Y apareces tú,
como una Magdalena
.........evitándome la cruz.

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Muy bueno, Orlando. Dejas aquí un poema de los de pensar, aunque lo acabes de un modo sorpresivamente diferente.

Enhorabuena,

Víctor

Orlando, grata tu presencia en este foro con ese evangelizador
poema que se ciñe exactamente y de forma magnífica a la realidad
de aquellos primerizos tiempos de una nueva religión.

Un abrazo

Orlando, grata tu presencia en este foro con ese evangelizador
poema que se ciñe exactamente y de forma magnífica a la realidad
de aquellos primerizos tiempos de una nueva religión y nuevas
prometuras

Un abrazo

Víctor F. Mallada escribió:Muy bueno, Orlando. Dejas aquí un poema de los de pensar, aunque lo acabes de un modo sorpresivamente diferente.

Enhorabuena,

Víctor

Vìctor, te doy la razón en lo ùltimo. El final no me gustò mucho y no quedè conforme porque parece que se rompe la manera del poema. Voy a corregirlo hoy.

Gracias

Elizabeth Barrio Paredes: muy amable!, muchìsimas gracias.
Guillermo Cuesta: gracias por tus palabras de bienvenida.

Nos estamos leyendo, saludos a todos

Bello poema Orlando ecordando en cierto modo la crueledad de los humanos.

Un abrazo poético. Carmina.