Editorial Alaire

Cuando camino de noche
te recuerdo entre la brisa
y tu imagen con sonrisa
aparece tras un coche.
No me olvido de tu broche
bajo la lluvia tan fría,
mientras avanzo en la vía
para soñar con estrellas
y huir de nuestras querellas
cultivando la armonía.

Después llega la mañana
y una visión clandestina
se oculta en alguna esquina
envuelta en capa de lana.
Y mi corazón te sana
de la soledad del mundo
y del hueco vagabundo
atropellado en la senda
de un sueño loco y con venda
de un delirante errabundo.

Mas la sombra de la tarde
nos protege del vacío
con niños y griterío
y con el fuego que arde.
Y poco a poco tu alarde
se va tornando de arena
por la herida que no drena.
Luego el dolor del naufragio
se parece a aquel presagio
que inunda todo en la pena.


Ana Muela Sopeña

Muy bellas tus décimas, Ana.
Presentas aquí dos amores en ritmo casi de tango, cuando camina la noche. Me llevo el rosco gustoso después de haberme embebido de tan bonito cantar.

Un abrazo, poeta.

Víctor

Hermoso, sentido y profundo viaje del amor hacia la tristeza, Ana. El ritmo del poema le confiere esa magia necesaria, belleza del gris en las pupilas de los hechos cotidianos. Abrazos y felicitaciones.

Amplio y grande es tu versar, Ana.
Encantado de pasar por tu espinelas.
Un abrazo.

Maravilloso trabajo , muy bonito. Una creción magnífica.

Abrazos.

Un magnífico recorrido por un día entero dividido
a cuchillo de buen verso en décimas precisas y preciosas
en noche, mañana y tarde.

Me dio un poco de pena
que inundara todo en pena.

Un abrazo

Bellas decimas, Ana. Lo importante es atreverse a explorar las distintas formas de hacer poesía.

Saludos

Javier

Ana Muela Sopeña escribió:Cuando camino de noche
te recuerdo entre la brisa
y tu imagen con sonrisa
aparece tras un coche.
No me olvido de tu broche
bajo la lluvia tan fría,
mientras avanzo en la vía
para soñar con estrellas
y huir de nuestras querellas
cultivando la armonía.

Después llega la mañana
y una visión clandestina
se oculta en alguna esquina
envuelta en capa de lana.
Y mi corazón te sana
de la soledad del mundo
y del hueco vagabundo
atropellado en la senda
de un sueño loco y con venda
de un delirante errabundo.

Mas la sombra de la tarde
nos protege del vacío
con niños y griterío
y con el fuego que arde.
Y poco a poco tu alarde
se va tornando de arena
por la herida que no drena.
Luego el dolor del naufragio
se parece a aquel presagio
que inunda todo en la pena.


Ana Muela Sopeña

Ana. Siempre un lujo pasearse por tus letras... angel.-

Hola Ana.
Demostrando que sabes versificar en cualquier tipo de estrofa y además con soltura.
Me gustaron las espinelas, compañera. Un abrazo.
Mario.

El ritmo de versos corto da mucha fuerza a la idea amorosa de estas décimas bien escritas y muy bellas. Un placer leerte.
Un abrazo.
Pepa

Delicioso. Un beso.