TU PALABRA ME HACE GRANDE
Publicado: Mar, 26 Feb 2013 11:59
Tu palabra me acaricia
cuando el recuerdo golpea
las luces moribundas del pasado,
sobre los surcos punzantes
de los arroyos esculpidos
en el semblante impenitente.
Tu palabra se hace tierra,
preñando de lluvia
las huellas perdidas de los días
aquellos que sembré caminos
donde sentar la mirada,
abrigos del miedo donde escribir
destinos al infinito cercano,
donde las voces vivían
las caricias de la mano intermitente,
donde la frente germinaba
sobre los hombros traspasados
de la vida inacabada,
entre imágenes robadas a la mentira
piadosa del pasado edificado
Entre ilusiones soñadas y sueños ilusionados,
inventados en las eternas tardes solitarias
del calendario inacabable de la tristeza.
Tu palabra se hace fuerza
cuando cimbrean las velas de mis pasos
y las dudas arrancan los miedos del alba,
cuando la noche amenaza, y en el recuento,
maldigo los momentos sembrados en barbecho
y la vida se me escapa entre los dedos
para alejarse a los umbrales oscuros
del destino perdido,
en el sonido moribundo
de las campanas rasgadas del pasado.
Tu palabra se hace mano
que acaricia y apoya,
que abriga y besa,
que desea y construye
y fluye entre los ojos tristes,
y recoge la vida
que abandoné a su suerte,
condenada a la muerte del olvido
y hoy,
al final de mi camino,
ha indultado tu palabra.
cuando el recuerdo golpea
las luces moribundas del pasado,
sobre los surcos punzantes
de los arroyos esculpidos
en el semblante impenitente.
Tu palabra se hace tierra,
preñando de lluvia
las huellas perdidas de los días
aquellos que sembré caminos
donde sentar la mirada,
abrigos del miedo donde escribir
destinos al infinito cercano,
donde las voces vivían
las caricias de la mano intermitente,
donde la frente germinaba
sobre los hombros traspasados
de la vida inacabada,
entre imágenes robadas a la mentira
piadosa del pasado edificado
Entre ilusiones soñadas y sueños ilusionados,
inventados en las eternas tardes solitarias
del calendario inacabable de la tristeza.
Tu palabra se hace fuerza
cuando cimbrean las velas de mis pasos
y las dudas arrancan los miedos del alba,
cuando la noche amenaza, y en el recuento,
maldigo los momentos sembrados en barbecho
y la vida se me escapa entre los dedos
para alejarse a los umbrales oscuros
del destino perdido,
en el sonido moribundo
de las campanas rasgadas del pasado.
Tu palabra se hace mano
que acaricia y apoya,
que abriga y besa,
que desea y construye
y fluye entre los ojos tristes,
y recoge la vida
que abandoné a su suerte,
condenada a la muerte del olvido
y hoy,
al final de mi camino,
ha indultado tu palabra.