Editorial Alaire

Un largo túnel renace de las sombras,
grietas se abren en la impotencia de la luz,
todo es abismo voraz, siempre incisivo.
En mis pupilas fenece el próximo crepúsculo
y las mordazas del tiempo me asfixian la voz.
Hoy siento que muere la palabra.

Escorpiones de nostalgia se adentran por mis venas,
en su trémulo palpitar la sangre se estremece.
Estoy rendido; fatigado de pisar las llagas del pasado,
y de respirar el polvo aliterado del vacío.
Ahora la vida ya me cita a su vigilia
y mi memoria con la violencia del relámpago se quiebra.

En bacanales de abstinencia me desnudo,
para que los buitres del deseo se aproximen
a devorar el cadáver putrefacto de mi sexo.
Que se desientegren los conceptos de la carne
en moléculas de esperma y elegía.

Al final la soledad a su liturgia me convoca,
siempre en su hierático ritual me sacrifico
hasta desintegrarme y en nada convertirme.
Advierto que el albor sereno del futuro me reclama,
en un hechizo de inquietud predice mi condena.

Un poema excelente, Rafael. Imágenes llenas de fuerza, belleza y un ritmo ejemplar.

Ovación cerrada y sostenida.

Saludos y felicidad,

Hallie

Hermoso poema, Rafael. Un poema pleno, con un lenguaje muy conseguido.

Un abrazo y felicidades
Ana

Rafael un magnífico poema aunque se te echa encima con el dolor
de los recuerdos. Las imágenes precisas consuelan del efecto triste y negativo.

Un abrazo

Hallie gracias por pasarte por el poema y dejar tus palabras

saludos

rafael

Un poema con toda la fuerza del dolor, pero hermoso en sus versos. Un gusto leerte
Abrazos
Pilar

Rafael Valdemar escribió:Un largo túnel renace de las sombras,
grietas se abren en la impotencia de la luz,
todo es abismo.
En mis pupilas fenece el próximo crepúsculo
y las mordazas del tiempo me asfixian la voz.
Hoy siento que muere la palabra.

Escorpiones de nostalgia se adentran por mis venas,
se estremece la sangre.
Estoy rendido; fatigado de pisar las llagas del pasado,
y de absorber el polvo aliterado del vacío.
La vida ya me cita a su vigilia
y mi memoria con la violencia del relámpago se quiebra.

En patíbulos de abstinencia me desnudo,
para que los buitres del deseo se aproximen
a devorar el cadáver putrefacto de mi sexo.
Que se desientegren los conceptos de la carne
en moléculas de polvo y elegía.

Al final la soledad a su liturgia me convoca,
en su hierático ritual me sacrifico
hasta desintegrarme y en nada convertirme.
El albor sereno del futuro ya me reclama,
en un hechizo de inquietud predice mi condena.

Muy melancólico... encuentro yo a este poema. Te felicito por lo bien redactado.
Y, por favor... Alegría, alegría, alegría... Aunque sea una inspiración.
Un abrazo.
BEGOÑA.

Directamente a pecho descubiert, huyendo de simbologías y sugerencias, el poeta a base de imágenes claras y brillantes nos expone su estética del dolor.

Todo un placer, amigo Rafael.

Un abrazo.

Espléndido poema con imágenes llenas de energía y soltura.
Un abrazo para ti

Ana gracias por pasarte por el poema y dejar tus palabras


saludos

rafael

Intenso poema, cargado de todos los matices de la tristeza. Un placer.
Un abrazo.
Pepa

Guillermo gracia spo pasarte por el poemay dejar tus palabras

saludos

rafael

Pilar gracias porpasarte por poema y dejar tus palabras

saludos

rafael

Un poema desolador, excelentes las imágenes, Rafael, me ha encantado. Mis abrazos y felicitaciones.

En mis pupilas fenece el próximo crepúsculo
y las mordazas del tiempo me asfixian la voz.
Hoy siento que muere la palabra.

Begoña Egüen escribió:

Rafael Valdemar escribió:Un largo túnel renace de las sombras,
grietas se abren en la impotencia de la luz,
todo es abismo.
En mis pupilas fenece el próximo crepúsculo
y las mordazas del tiempo me asfixian la voz.
Hoy siento que muere la palabra.

Escorpiones de nostalgia se adentran por mis venas,
en su trémulo palpitar se estremece la sangre.
Estoy rendido; fatigado de pisar las llagas del pasado,
y de absorber el polvo aliterado del vacío.
La vida ya me cita a su vigilia
y mi memoria con la violencia del relámpago se quiebra.

En patíbulos de abstinencia me desnudo,
para que los buitres del deseo se aproximen
a devorar el cadáver putrefacto de mi sexo.
Que se desientegren los conceptos de la carne
en moléculas de polvo y elegía.

Al final la soledad a su liturgia me convoca,
en su hierático ritual me sacrifico
hasta desintegrarme y en nada convertirme.
El albor sereno del futuro ya me reclama,
en un hechizo de inquietud predice mi condena.

Muy melancólico... encuentro yo a este poema. Te felicito por lo bien redactado.
Y, por favor... Alegría, alegría, alegría... Aunque sea una inspiración.
Un abrazo.
BEGOÑA.

Gracias begoña por paarte por el poema