Editorial Alaire

Tú,
palabra que reclamo cada día
a la presencia azul del infinito
para vestir la boca detenida
en el abismo final
del tiempo carnal que agota
las horas imparables del destino.

Tú,
el vino prohibido que embriaga
las luces cansadas del alma,
que nubla la calma dormida
y escribe la vida olvidada
en los andenes huecos del miedo,
entre las rocas partidas
de los mares muertos.

Tú,
el ansia compartida en soledades,
los cristales opacos del sentido
vivido en la tristeza,
la vida inventada
en las palabras calladas del camino,
el destino cómplice
y la pasión prohibida en el silencio
ambiguo del lecho cohabitado.

Tú,
la presencia inerte,
la cálida suerte en la mirada,
la boca cruzada en el beso partido,
el último latido de la madrugada,
la piel adherida a la miel sentida,
la vida a borbotones,
los últimos rincones del deseo,
la última palabra.

Tú,
amor sin freno,
sin tiempo y sin cordura,
la eterna atadura del infierno
escrito en el cielo de la locura.

El amor prevalece en tus versos, como una constante
en tu inspiración.
Me encantó tu poesía.

Lila Manrique escribió:El amor prevalece en tus versos, como una constante
en tu inspiración.
Me encantó tu poesía.

Muchas gracias como siempre amiga Lila por tu comentario. Un abrazo

Hermoso poema del amor según Miguel.

Rafel Calle escribió:Hermoso poema del amor según Miguel.

Muchas gracias por tu presencia en mis palabras Rafel. Un abrazo