ESCUCHARAS PALABRAS QUE NO HE DICHO
Publicado: Mié, 13 Feb 2013 13:57
Escucharás el viento en tu ventana
acariciando miradas que no he escrito,
envolviendo los gritos de mi cuerpo
para llevarte lejos, entre palabras,
y sentirás que he vuelto nuevamente
a dejar en tu frente las estrellas
de los cielos vividos en tu boca.
Escucharás la aurora redimirte
del pecado de ausencia que he robado,
de tus abrazos rotos entre lunas
con las puertas selladas de otros pasos
y los vasos vacíos de los sueños
esperarte sin tiempo, abandonados.
Escucharás las bocas renunciarte,
las miradas perdidas
y las heridas quebradas de la noche,
las voces apagadas
y los reproches ceñidos a tu cintura ausente,
y en el instante mismo de tu partida,
recordarás los mares en que he nacido,
aquél intento dulce de acariciar
la mirada encendida de tus pupilas
y los brazos de agua que te bañaron…
Y volverás de nuevo a mi palabra
con la suave cadencia de tus caderas
arrancando los sueños que nunca tuve,
y el sabor de tu pelo se hará ternura
y esta locura inquieta, firmamento,
vistiéndome de estrellas en tu mirada.
Y de nuevo otra vez seremos uno
escondidos del alba entre las horas,
abrazados al alma del sentimiento
con los colores vivos de la mañana
y las bocas desnudas
sobre las pieles eternas del deseo.
acariciando miradas que no he escrito,
envolviendo los gritos de mi cuerpo
para llevarte lejos, entre palabras,
y sentirás que he vuelto nuevamente
a dejar en tu frente las estrellas
de los cielos vividos en tu boca.
Escucharás la aurora redimirte
del pecado de ausencia que he robado,
de tus abrazos rotos entre lunas
con las puertas selladas de otros pasos
y los vasos vacíos de los sueños
esperarte sin tiempo, abandonados.
Escucharás las bocas renunciarte,
las miradas perdidas
y las heridas quebradas de la noche,
las voces apagadas
y los reproches ceñidos a tu cintura ausente,
y en el instante mismo de tu partida,
recordarás los mares en que he nacido,
aquél intento dulce de acariciar
la mirada encendida de tus pupilas
y los brazos de agua que te bañaron…
Y volverás de nuevo a mi palabra
con la suave cadencia de tus caderas
arrancando los sueños que nunca tuve,
y el sabor de tu pelo se hará ternura
y esta locura inquieta, firmamento,
vistiéndome de estrellas en tu mirada.
Y de nuevo otra vez seremos uno
escondidos del alba entre las horas,
abrazados al alma del sentimiento
con los colores vivos de la mañana
y las bocas desnudas
sobre las pieles eternas del deseo.