Elegía.
Publicado: Sab, 09 Feb 2013 17:06
Al beber de copa amarga
me embarga,
porque anida en mi cabeza
tristeza,
esa de añoranza plena
y pena,
pues en mi mente resuena
aquel lamento nocturno,
que al dejarme taciturno
me embarga tristeza y pena.
Cuando a tu lado pasó
secó,
en sus nocturnos agravios
tus labios,
con salinas de su barca
la Parca,
la que toda vida abarca
al dejar su sello impreso
sibilino y mortal beso,
secó tus labios la Parca.
Con sanguíneos cercanos
tus manos,
cuando se cerró tu fuente
caliente,
cuando a las mías llegaban
estaban,
y en mi sentir me dejaban
el génesis de la escarcha,
¡ay, la frialdad de tu marcha,
tus manos caliente estaban!
Dulcemente y sin reproche
de noche,
febrero cambia tu suerte
la muerte,
cuando a buscarte venía
es fría,
la que tu voz callaría,
en el último suspiro
esa que cambió tu giro,
de noche la muerte es fría.
Con un viso vigilante
menguante,
donde al lucero le hablaba
estaba,
inquieta como ninguna
la luna,
mas vio desde su tribuna
pasar la guadaña errante,
tristemente en un instante
menguante estaba la luna.
En el órgano interior
dolor,
donde a tu boca el reflujo
produjo,
al quedar tu cuerpo inerte
la muerte,
su arpía cambia tu suerte
esa que vino callada
como sombra silenciada,
dolor produjo la muerte.
Un hálito moribundo
profundo,
el de tu tórax y tronco
y ronco,
tuvo tu postrer acento
lamento,
de tu agonizante aliento,
tu respiración forzada
dio tu vida por marchada,
profundo y ronco lamento.
¿Quién tu talle se ha llevado
quebrado
tan presto como gallardo
el nardo?
En la sombría alameda
se queda,
de la más vasta vereda,
donde se trueca el paisaje
en lo más postrer del viaje,
quebrado el nardo se queda.
Cesó tu dolor la calma
el alma,
al camino y senda nueva
se eleva,
al despedirse en tu duelo
al cielo,
llevándose tu desvelo,
tu dolor de cada día
en tu callada agonía,
el alma se eleva al cielo.
Al traspasar el dintel
Miguel,
si al otro reino te adentra
encuentra,
con tu espíritu capaz
la paz.
¡Haz que sea muy tenaz!
hallando tu gran victoria
y Dios te tenga en su gloria,
Miguel, encuentra la paz.
A la memoria de mi difunto suegro Miguel,
fallecido la pasada madrugada del día 5.
me embarga,
porque anida en mi cabeza
tristeza,
esa de añoranza plena
y pena,
pues en mi mente resuena
aquel lamento nocturno,
que al dejarme taciturno
me embarga tristeza y pena.
Cuando a tu lado pasó
secó,
en sus nocturnos agravios
tus labios,
con salinas de su barca
la Parca,
la que toda vida abarca
al dejar su sello impreso
sibilino y mortal beso,
secó tus labios la Parca.
Con sanguíneos cercanos
tus manos,
cuando se cerró tu fuente
caliente,
cuando a las mías llegaban
estaban,
y en mi sentir me dejaban
el génesis de la escarcha,
¡ay, la frialdad de tu marcha,
tus manos caliente estaban!
Dulcemente y sin reproche
de noche,
febrero cambia tu suerte
la muerte,
cuando a buscarte venía
es fría,
la que tu voz callaría,
en el último suspiro
esa que cambió tu giro,
de noche la muerte es fría.
Con un viso vigilante
menguante,
donde al lucero le hablaba
estaba,
inquieta como ninguna
la luna,
mas vio desde su tribuna
pasar la guadaña errante,
tristemente en un instante
menguante estaba la luna.
En el órgano interior
dolor,
donde a tu boca el reflujo
produjo,
al quedar tu cuerpo inerte
la muerte,
su arpía cambia tu suerte
esa que vino callada
como sombra silenciada,
dolor produjo la muerte.
Un hálito moribundo
profundo,
el de tu tórax y tronco
y ronco,
tuvo tu postrer acento
lamento,
de tu agonizante aliento,
tu respiración forzada
dio tu vida por marchada,
profundo y ronco lamento.
¿Quién tu talle se ha llevado
quebrado
tan presto como gallardo
el nardo?
En la sombría alameda
se queda,
de la más vasta vereda,
donde se trueca el paisaje
en lo más postrer del viaje,
quebrado el nardo se queda.
Cesó tu dolor la calma
el alma,
al camino y senda nueva
se eleva,
al despedirse en tu duelo
al cielo,
llevándose tu desvelo,
tu dolor de cada día
en tu callada agonía,
el alma se eleva al cielo.
Al traspasar el dintel
Miguel,
si al otro reino te adentra
encuentra,
con tu espíritu capaz
la paz.
¡Haz que sea muy tenaz!
hallando tu gran victoria
y Dios te tenga en su gloria,
Miguel, encuentra la paz.
A la memoria de mi difunto suegro Miguel,
fallecido la pasada madrugada del día 5.