PRESA DEL DELIRIO
Publicado: Vie, 08 Feb 2013 17:34
A Mercedes Ridocci, con mi agradecimiento y amistad...
Suena la noche presa del delirio
en esos movimientos desde el vértigo
que a veces, solitaria, te imaginas
en un túnel de amianto y de obsidiana.
Investigas descalza por la ciudad caótica
buscando ya la rosa del subsuelo
para enredar
con nudos
y con sogas
tu corazón de niebla y de presagio.
Apagas la ansiedad con sueños suaves
que te llevan por rutas creadoras.
Y al romper la mañana
escuchas los enigmas de ambos mundos:
el cuerpo derramado desde el mar
y tu alma desnuda, inquebrantable,
cuando tus manos áureas te sorprenden
ante la vibración de la galaxia.
Danzas como la arena en cada átomo
y presientes gaviotas en pretiles
que viajan
a tu lado,
en el silencio.
Tu espíritu de luna se hace nítido
con palabras volcánicas, de fuego,
para esculpir las horas sobre lava
y acompañar la bruma en tu guarida
con la respiración celeste y cálida
de las diosas que saben susurrarte:
Perséfone asustada en su escondite
y la Shakti triunfante
con su néctar.
Ana Muela Sopeña
Suena la noche presa del delirio
en esos movimientos desde el vértigo
que a veces, solitaria, te imaginas
en un túnel de amianto y de obsidiana.
Investigas descalza por la ciudad caótica
buscando ya la rosa del subsuelo
para enredar
con nudos
y con sogas
tu corazón de niebla y de presagio.
Apagas la ansiedad con sueños suaves
que te llevan por rutas creadoras.
Y al romper la mañana
escuchas los enigmas de ambos mundos:
el cuerpo derramado desde el mar
y tu alma desnuda, inquebrantable,
cuando tus manos áureas te sorprenden
ante la vibración de la galaxia.
Danzas como la arena en cada átomo
y presientes gaviotas en pretiles
que viajan
a tu lado,
en el silencio.
Tu espíritu de luna se hace nítido
con palabras volcánicas, de fuego,
para esculpir las horas sobre lava
y acompañar la bruma en tu guarida
con la respiración celeste y cálida
de las diosas que saben susurrarte:
Perséfone asustada en su escondite
y la Shakti triunfante
con su néctar.
Ana Muela Sopeña