Editorial Alaire

El tiempo de mirar ha sucedido
y toda la emoción se despereza,
en nombre del amor el ojo se prodiga
en vestir cercanía y Primavera.

Te confieso que fui apócrifo en Verano,
errática costumbre a la ventura,
perdido en un país de sombras pintorescas,
en la puntualidad de la penumbra.

Mi llaga es de un Otoño en mantras sin rituales,
la edad de los vestigios que hieren la memoria.
Sí, repetición, rito que implosiona lo absurdo,
más allá del silencio, un narcótico nadie
de liturgia nocturna que vuela en inframundos,
y una turba de estirpe transgresora
que habita los demonios del futuro.

Y quisiera que fuésemos Inviernos
que recuerdan las cosas más sencillas,
esa mirada cómplice,
la pequeña caricia,
una lágrima alegre,
la hipnótica sonrisa
y un columpio de rosas en tus gestos
donde mecer la aurora de los días.

[quote="Rafel Calle"]

Es muy bonito, con imágenes de gran belleza, pleno de ternura. Se agradecen estos poemas tan llenos de sentimiento. Se lee con fluidez y las imágenes te llevan a otras como en cascada. Un abrazo, amigo.

Muy bonito, Rafel.
Es uno de esos poemas que se leen con gusto, porque tienen su historia y a la vez su misterio y que presentas envueltos en un ritmo mayoritariamente binario que lo hace todavía más melódico.

Un placer su lectura, poeta.

Víctor

Rafel Calle escribió:El tiempo de mirar ha sucedido
y toda la emoción se despereza,
en nombre del amor el ojo se prodiga
en vestir cercanía y Primavera.

Te confieso que fui apócrifo en Verano,
errática costumbre a la ventura,
perdido en un país de sombras pintorescas,
en la puntualidad de la penumbra.

Mi llaga es de un Otoño en mantras sin rituales,
la edad de los vestigios que hieren la memoria,
repetición de un rito que implosiona lo absurdo,
más allá del silencio, un narcótico nadie
de liturgia nocturna que vuela en inframundos,
y una turba de estirpe transgresora
que habita los demonios del futuro.

Y quisiera que fuésemos Inviernos
que recuerdan las cosas más sencillas,
esa mirada cómplice,
la pequeña caricia,
una lágrima alegre,
la hipnótica sonrisa
y un columpio de rosas en tus gestos
donde mecer la aurora de los días.

Rafel, hay emociones profundas en tus Estaciones. La estrofa de apertura tiene alas y despertar (fíjate que todavía el presente lleva sitial de honor)

El verano: confesiones y luciérnagas de madrugada. Me ha recordado el sol de medianoche.

Otoño. Vaya inmensidad que cabe en sus linderos húmedos y apesadumbrados.

"la edad de los vestigios que hieren la memoria," imagen poderosa que se convierte en placenta, en casi madre, en todo destino.

"más allá del silencio, un narcótico nadie" oh, y sentidos abiertos para absorber la belleza de este verso.

"de liturgia nocturna que vuela en inframundos," me encanta esta dulce aseveración de lo subterráneo. Huele a túnel pasionario, a perlas y lodo.

"y una turba de estirpe transgresora
que habita los demonios del futuro." Rebeldía de pájaros adversarios hacen letra del agua.


Y ahora los versos de cierre. Visionario resplandor de meses que miran el barómetro con las manos enlazadas. Mención de honor para Inviernos.


Felicidades y montones de aplausos, poeta.


Abrazos.


Hallie

Evocador y muy hermoso el recorrido por tus estaciones, Rafel. Me gustó sobremanera el otoño, (...debe ser por que le tengo especial apego y nací en octubre). Mis felicitaciones sinceras. Un abrazo amigo.

Leyendo tu poema es difícil elegir estación, todas son de una hermosura enorme y uno se recrea en sus sensaciones sin remedio. Preciosos versos, como siempre que culminas tu obra.
Felicidades por esta buena entrega.
Abrazos
Pilar

Es un poema muy bello, Rafel, que surge de la contemplación y de las circunstancias personales. Las estaciones que dejan de ser paisajes descriptivos y se vuelven la medida exacta de lo que sentimos. Me ha encantado en su totalidad. Elijo el otoño, ya que por aquí, por esos lados de mi alma, todavía lo hay... Felicitaciones sinceras. Muchos abrazos.

Me ha gustado mucho este poema escrito con material poético del bueno. Ha sido un placer su lectura. Mi felicitación.
Un fuerte abrazo

El frío transmite calma, el calor se vuelve soporífero
y la primavera arde en el verdor pasional y el otoño
hace que el poeta diga "aquí mi fruto"

un abrazo

Precioso, Rafel, este poema de estaciones y emociones, te leo entre el sol asomando en la mirada, el viento esparciendo memorias y el invierno que amaga a quedarse prendidos, tal vez, delante de un sencillo fuego... y nada más y nada menos... Me encantó.

Un fuerte abrazo.

Me gustó mucho Rafel cambiar de estación y casi cambiar de piel...

Un abrazo.

Rafel,

Me ha gustado mucho tu poema. Había una canción de Antonio Vega que también se titulaba "Estaciones". Me la he recordado, en párrafos el tono es parecido, una alegoría de emociones personales coloreadas con detalles propios de las estaciones que mejor los representan. El renacimiento de la primavera, la melancolía del otoño... Me quedo con este par:

Y quisiera que fuésemos Inviernos
que recuerdan las cosas más sencillas,

Un abrazo.

Rafel, es este un poema lleno de complejidades, a pesar de su aparente sencillez. Pones el lenguaje, el ritmo y esos recursos literarios que tan bien conoces al servicio de cada una de las estaciones para crear cuatro estrofas a la vez diferentes y entrelazadas, como lo están las estaciones entre sí. Además subviertes, en cierto modo los tópicos estacionales en esa estrofa final, en ese invierno deseado y de ritmo alegre, ligero, frente a los versos largos del otoño, los sencillos que trae la primavera y los que nos ofreces para un verano que se siente aturdido y extraviado.

En fin, es un poema de matemática belleza que he disfrutado sinceramente.


Un fuerte abrazo.

ROBERTO LÓPEZ escribió:

Rafel Calle escribió:
Es muy bonito, con imágenes de gran belleza, pleno de ternura. Se agradecen estos poemas tan llenos de sentimiento. Se lee con fluidez y las imágenes te llevan a otras como en cascada. Un abrazo, amigo.

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Muchas gracias, amigo Roberto, te agradezco el comentario y me alegra que te haya gustado este poema de amor, en el que, como casi siempre, me voy por los cerros de Úbeda.
Un cordial abrazo.