LOS FANTASMAS APARECEN DE DÍA ( PARA LA REVISTA VIRTUAL)
Publicado: Mar, 05 Feb 2013 19:07
Los fantasmas aparecen de día
A Sofía Bianchini
Según Cortázar los fantasmas aparecen de día,
lamento de estatuas en el lamento con fuentes
altas palomas
altas huellas del hombre.
De noche es pura la luz de la luna
cuando los relieves de la tierra se guarecen
en un amor perdido
como aquel sentimiento de la palma blanca.
Según Cortázar
los fantasmas nos siegan
ya que la verdad está en nuestros ojos.
¿ Puede la rosa ser mas rosa en el campo luminoso?
¿ Puede una mujer atrapar todo el paraíso en su mirada?
¿ Es la sombra de la noche el día?
¿El día el surrealismo en un cuadro de Picasso?
Una voz va penetrando los laberintos
la luz pide Cortazar con su rayuela
el viento es el fantasma
cuando miramos la mar y su azul.
Vemos el paraísos en la inocencia de una novia
el mundo de las apariencias
el único día febril del tiempo.
Creemos ver toda la belleza en nuestra mirada
pero es la tristeza
de cada cual de cada uno de nosotros
que nos hace dormir de noche
para aquietar esa fé débil del crepúsculo y su alborada.
A Sofía Bianchini
Según Cortázar los fantasmas aparecen de día,
lamento de estatuas en el lamento con fuentes
altas palomas
altas huellas del hombre.
De noche es pura la luz de la luna
cuando los relieves de la tierra se guarecen
en un amor perdido
como aquel sentimiento de la palma blanca.
Según Cortázar
los fantasmas nos siegan
ya que la verdad está en nuestros ojos.
¿ Puede la rosa ser mas rosa en el campo luminoso?
¿ Puede una mujer atrapar todo el paraíso en su mirada?
¿ Es la sombra de la noche el día?
¿El día el surrealismo en un cuadro de Picasso?
Una voz va penetrando los laberintos
la luz pide Cortazar con su rayuela
el viento es el fantasma
cuando miramos la mar y su azul.
Vemos el paraísos en la inocencia de una novia
el mundo de las apariencias
el único día febril del tiempo.
Creemos ver toda la belleza en nuestra mirada
pero es la tristeza
de cada cual de cada uno de nosotros
que nos hace dormir de noche
para aquietar esa fé débil del crepúsculo y su alborada.