ESTO ES UNA BOMBA DE TIEMPO
Publicado: Mar, 05 Feb 2013 15:54
Entre calles con gargantas de afán
mi ímpetu se vuelve la sátira que
tiene pies largos, pero pasos fugaces.
Se resume en un después de las cinco,
el maullido ocioso de dos gatos
el eco del viento ceñido en mi espalda.
Muchas veces he querido conjugar
ese verbo que tal vez se llame amar,
tantas veces me he topado con ceguedades
que han hecho a mi corazón estrangularse
en un hábitat no apta.
Muchas veces mis labios han saboreado
el agrio desasosiego de la ausencia;
la masiva marea que rellena mis ojos.
Mi piel que se seca como pámpanos incinerados
en un temporada de insolación…
Entre incredulidad y ese vaivén de soledad,
batallan el equilibrio inestable,
la analogía de un sujeto poco practicante
en ese baluarte en que la vida se ondea
cuando ambiciona al placer arrinconar…
¡Se está sucumbiendo mi alma!Esta congoja devasta avivadamentemi irrisoria longanimidad.No quiero esperar más, mientras el pulsode mi núcleo se inmoviliza, cientos de pájarosfenecen en su acrobacia en los cielos lánguidos…El fuego arde en mis labios, las metáforas queretocan la realidad, revelan la verdadera agoníala visible alegoría de un inmediato mes de enero.¡Maldigo esta pena que yace en aguas vagas!Sepultar el tiempo perdido, vuelve mi siluetauna incógnita en la humanidad. Podría pertenecera una especie nunca antes vista, pero tal vezno exista y proyecte ser innegable…Tanto llanto que no quiere ser expuesto a la luzarrogante la pena que niega su magnitud,si reclamase un hogar, estaría exigiendoescuetamente nada.Me niego a buscar aquel sentimientoque alegóricamente es un suplicio pues:esto es una bomba de tiemponunca antes me he enamorado,¡pero no ha sido por apatía!,más bien por seguridad...
Wilmer Cuervo
mi ímpetu se vuelve la sátira que
tiene pies largos, pero pasos fugaces.
Se resume en un después de las cinco,
el maullido ocioso de dos gatos
el eco del viento ceñido en mi espalda.
Muchas veces he querido conjugar
ese verbo que tal vez se llame amar,
tantas veces me he topado con ceguedades
que han hecho a mi corazón estrangularse
en un hábitat no apta.
Muchas veces mis labios han saboreado
el agrio desasosiego de la ausencia;
la masiva marea que rellena mis ojos.
Mi piel que se seca como pámpanos incinerados
en un temporada de insolación…
Entre incredulidad y ese vaivén de soledad,
batallan el equilibrio inestable,
la analogía de un sujeto poco practicante
en ese baluarte en que la vida se ondea
cuando ambiciona al placer arrinconar…
¡Se está sucumbiendo mi alma!Esta congoja devasta avivadamentemi irrisoria longanimidad.No quiero esperar más, mientras el pulsode mi núcleo se inmoviliza, cientos de pájarosfenecen en su acrobacia en los cielos lánguidos…El fuego arde en mis labios, las metáforas queretocan la realidad, revelan la verdadera agoníala visible alegoría de un inmediato mes de enero.¡Maldigo esta pena que yace en aguas vagas!Sepultar el tiempo perdido, vuelve mi siluetauna incógnita en la humanidad. Podría pertenecera una especie nunca antes vista, pero tal vezno exista y proyecte ser innegable…Tanto llanto que no quiere ser expuesto a la luzarrogante la pena que niega su magnitud,si reclamase un hogar, estaría exigiendoescuetamente nada.Me niego a buscar aquel sentimientoque alegóricamente es un suplicio pues:esto es una bomba de tiemponunca antes me he enamorado,¡pero no ha sido por apatía!,más bien por seguridad...
Wilmer Cuervo