Editorial Alaire

En la vacua mirada de la noche
te suelo ver a veces, cuando tiembla
la voluntad del gozo enmudecido
y fugaces instintos se refractan
en un inmenso mar de soledades.
Adivino tu cara en los contornos
frenéticos del tiempo, en la aparente
paz de un repentino y frágil amago
de tormenta. Te noto en la dispersa
y tibia luz que asoma incombustible
tratando de orientarse en la penumbra
del día que comienza, como niño
perdido de las manos de su madre
entre una multitud ensordecida.
Te creo ver. Lo creo realmente.
Tan bella como entonces y tan lejos
como lo está del cielo el alma nuestra,
glacial la calidez aparentada
quizá sin proponértelo. Una diosa,
repleta de defectos terrenales.

Y pese a que te siento y te descubro
al filo de la fe de mi memoria,
no consigue tu sombra entristecerme,
ni alegrarme tampoco. Hoy te miro
a través de un cristal de realidades
y no eres, a pesar de los sueños
que forjaste, nada especial, me inspiras
tan sólo una total indiferencia.



Mario.

Cuánta fuerza trasmisora consigues en este poema, Mario. Imágenes hermosas y llenas de vitalidad.

Felicitaciones y aplausos!

Un abrazo.

Hallie

Mario, cuando la ausencia se hace presente, surgen poemas así... Excelente dibujo de espacios donde habita la realidad de un recuerdo que ya no hiere... Magnificas imágenes. Felicitaciones sinceras.

Me dejó tristeza la lectura de este poema, pero es hermoso y bien escrito. Un lujo
Abrazos
Pilar

Un lujo de poema, Mario.

Qué dura es la indiferencia...y qué bien la has retratado...

Un abrazo
con mi admiración de siempre
Ana

ese final es lacerante, el simple hecho de evocar un recuerdo que ya no duele, es que aún viven sus particulas en el lado izquierdo, y quiza en un lado del rencor de la memoría.

el olvido llega, cuando dejes de escribir de esa persona.

lo que si digo, es que va curando...
llega un instante en que todo cansa, hasta la pluma y el papel se cansan de la misma canción.

y uno renace como el Fenix...

Una nostálgica mirada hacia un pasado que no hizo mella en el sentir
aunque sigue regando la memoria.

Muy grata lectura de estos estupendos endecas que ha sido grato
compartir.


un abrazo

Gracias Hallie, compañera, me alegra que te haya gustado. Un abrazo.
Mario.

Gracias Marius.
Me alegra saber que te gustó este poema, amigo mío. Gracias por dejarme tu grato comentario.
Un abrazo.
mario.

Gracias Pilar.
La tristeza forma parte de la existencia, como la alegría, aunque creo que la primera nos marca más. Me alegra que te haya gustado. Un abrazo.
Mario.

Gracias Ana.
Sí, la indiferencia puede ser más ingrata que el mismo desamor. Me alegra que te haya gustado. Un abrazo.
mario.

Gracias Cenia, por tu amable y lúcido comentario. Un abrazo.
Mario.

La construcción del poema es todo un acierto, el ritmo y la calidad, pero lo que más me ha gustado es el fondo que consigues transmitir.

Esa indiferencia que delatas al final como postre a una pesadumbre, que aún mueve fibras es conmovedor.

Me ha encantado pasar por tu hermoso poema.

Abrazos.

Mario, he disfrutado tu poema, me identifico con lo que dices.
Saludos.