EL LORO PALINDRÓMICO (Sextetos mixtos, polirrítmicos)
Moderadores: J. J. Martínez Ferreiro, Rafel Calle
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EL LORO PALINDRÓMICO (Sextetos mixtos, polirrítmicos)
Era una noche oscura, oscura y borrascosa,y parigual de fría así como una fosa,una noche en que nadie dejaría su hogarni aunque para la abuelao a la suegra le duelade modo inaguantable por completo el molar.
De las altas ventanas me separé un momentoy llevado enseguida por vago pensamientopor hondas reflexiones al punto divagué,pero fui interrumpidocuando un ligero ruidoproveniente de afuera de súbito escuché.
Acaso el raciocinio todo tergiversabaporque ese leve ruido a mí me semejabacomo una voz chirriante a la que revestíaalgo de sobrehumanoque exclamé: – ¡Por Vulcano!Y la voz contestó: – ¡Aire sólo sería!
Permanecí por íntegro de una pieza, azorado,porque supe me había por tanto equivocadoy quien fuera ya estaba en el interior pues.–¿Dónde estás? ¡Quiero verteo te daré la muerte!Y la voz profirió: – ¡Sé verle del revés!
Y elevando los ojos en dirección al techoun pájaro descubro de verdinegro pechoque de la araña hallábase sostenido en la cima.–De Edgar no eres el cuervo,¿eres o no protervo?Y entonces el plumado dijo: – ¡Amigo, no gima!
–De cera pareced– continuó profiriendoy acaso porque sólo hacia él iba yendo:–¡No subas, abusón!–No pretendo subir, sin embargo seríamejor si te acercaras hasta mi compañía.–¡No deseo ese don!
Me pareció un pájaro en verdad asombrosoque me quedé un instante por completo pensosopues cosa me bullíaen medio del caletre, porque me espoleabacomo si hubiera algo que yo no recordaba¡algo que conocía!
Y al mirar nuevamente al visitante aladorecordé incontinenti el círculo doradoque junto al miradortenía la mujer de mis ansias gigantes,la mujer cuyos ojos son los más coruscantes¡la mujer de mi amor!
–Oh,pájaro, responde: Del círculo vacío,¿eras tú el morador escapado en estío?Respóndeme de ganasi de verdad entiendes, ¿tu dueña, por acaso,luce con elegancia vestimentas de raso?Dijo:– ¡Ana la galana!
Ante aquella respuesta me sentí enfebrecidoque mi espíritu todo era el embravecidorío de la locura.El destino en mi acorro presentado se habíaque ahora con el ave un motivo tenía¡de ver a mi futura!
Al devolverle el loro ante sus ojos fueracomo el héroe máximo que ninguno supera¡el ídolo total!Y así al ave pregunto:–Al corazón de Ana, ¿hacia qué ruta apunto?Y el loro me responde: – ¡La ruta natural!
–Os aporto otro paso– siguió: – ¡Amad a la dama!Al escuchar aquello mi espíritu se inflamapues eso yo quería,y en pensamientos idome pasaba por alto que el loro sostenidoa la araña del techo ¡estaba todavía!
–Bájate, loro lindo– le dije en consecuenciaempleando en mis modos la máxima prudenciapara que no volase,porque más me valiesetener pájaro en mano no obstante loro fuese,me dije satisfecho, alterando la frase.
–¡No deseo ese don!– repitióme sin másque varió mi talante pensando que jamástendría otra ocasióncual la que se me daba.–Bájate, lindo loro– ya mi voz le implorabatratando de impedir que fuera vozarrón.
Mi sangre rebullía, se crispaban mis manos,yo poseía nervios, ¡pero no sobrehumanos!–¡Baja!– casi gritéen un último intento,pero el loro no hizo siquiera un movimiento¡que aterrado por íntegro al final lo miré!
–Baja, ahora te ordeno, pues estás en mi casa,y por ende me atañe todo cuanto aquí pasa,incluso en lo moral.Dirigiendo la vista hacia mi bibliotecadijo como quien pecay se alboroza en ello: – La Moral, ¡claro mal!
–¿De dónde sacas ese negligente alegato?pregunté olvidando el reciente arrebatoque inspirado me había.Y volviendo a mirarme, dijo: – ¡Oír a Darío!Sentí un escalofrío…¡El nombre del mismísimo jefe de policía!
Darío Vidal era el hombre del momentopues su efectividad era del cien por cientoque los cacos temblabana su sola mención y más en su presencia,¡hasta en la residenciade los parlamentarios su nombre respetaban!
–¿En dónde le has oído? ¿Después de huído acaso?Y me vio de tal modo que por un punto escasofuéme mirada humana.Me sentí estremecido porque una luz veía,luz que al fin parecíamostrarme lo que el loro así expresó: –¡Ana vana!
Todos mis sueños fueron cayéndose de a pocoque me sentí a la par entre estúpido y loco,bien herido, no mal.–¿Cómo puedo querer que después de esto vivasi no me ama mi diva?Y el loro remató: –¡La diva ama a Vidal!
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Un placer de lectura. Muchísimos aplausos.
Hallie
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- Concha Vidal
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re: EL LORO PALINDRÓMICO (Sextetos mixtos, polirrítmicos)
¿Cómo no quieres que me quede asombrada?
(Hago hincapié en que no tengo ningún pariente llamado Darío Vidal, conste), Este poema, merece un reconocimiento tremendo al trabajo realizado, a la construccion perfecta, al sentido y al sentido del humor además.
Y más cosas.
Pero vayan mis saludos mediterráneos para empezar.
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re: EL LORO PALINDRÓMICO (Sextetos mixtos, polirrítmicos)
Abrazos
Pilar
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- Ramón Ataz
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re: EL LORO PALINDRÓMICO (Sextetos mixtos, polirrítmicos)
Enhorabuena y espero que pronto nos dejes otra entrega de tu poesía para que no tengamos que lamentarnos pensando .... nevermore.
Un abrazo.
- Isabel Moncayo
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Ya está callada la Luna y quieta sobre el lago, clara en todos los caminos. Tú, eres el verso, amado mío, yo, sólo palabra.
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